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Los dos seguían mirándose fijamente, sin hablar, sin moverse, simplemente, se observaban bastante tensos y nerviosos. Suki podía ver que Naruto seguía mojado y la toalla solo cubría de su cintura para abajo. Sintió que no tenía aire en los pulmones y su garganta se secó repentinamente. Naruto no estaba mejor, pues claramente se quedó bastante nervioso ante la forma en la que lo veía Suki.

—Me iré a comer afuera el día de hoy —anunció Suki mientras salía del baño.

—No puedes salir sin mí —le dijo Naruto antes de que saliera por completo del baño.

—Mierda —gruñó, aunque al menos, ya le estaba dando la espalda a Naruto.

Suki finalmente salió del baño mientras exhalaba todo el aire de sus pulmones. Sacudió levemente la cabeza mientras se tranquilizaba, pues realmente no se quería quedar con la imagen de Naruto recién bañado, eso sería muy incómodo, sobre todo porque ambos debían vivir juntos por un buen rato. Claramente no quería que las cosas se vuelvan incomodas entre ellos dos, pues claramente los dos recordaban las cosas estúpidas que habían hecho de niños, y decir que fue vergonzoso se quedaba corto.

Escuchó la puerta del baño, y allí salió Naruto vestido ya con ropa cómoda. Agradeció que Naruto no preguntara o hiciera mención alguna de lo que antes había ocurrido. Naruto fue a la cocina para ver la alacena, así intentando escoger que podrían cenar esa noche. A pesar de que parecía bastante tranquilo, seguía nervioso ante lo que no hace más de cinco minutos había sucedido.

—¿Deberíamos hacer hot-cakes? —preguntó Naruto intentando mantener un tono sereno.

—Supongo que sí, te ayudaré en un minuto —le contestó Suki rápidamente.

—Está bien.

Naruto sacó todos los ingredientes que llevaban los hot-cakes y los puso en la mesa. Suki se acercó a las cosas y entre ambos empezaron a elaborar la mezcla. Normalmente Suki era la que cocinaba más, pues Naruto siempre lograba hacer un desastre en la cocina con todos los ingredientes, así que como medida de precaución, Suki cocinaba y Naruto solo fungía como pinche de cocina, bueno, así era como le decía Suki. Los dos, sin decirse alguna palabra, empezaron a cocinar, aunque claro, las cosas nunca salen como se espera.

A penas Naruto llevaba la harina para volverla a poner en su lugar, este le cayó una gran parte a Suki.

—¡Oye! —bramó Suki.

—¡Perdón! —se apresuró a decir Naruto mientras le sacudía la harina de su cabello.

—Eres un idiota —masculló Suki mientras lo veía con los ojos entrecerrados.

Naruto se dio cuenta de que ahora todo el cabello de Suki rea blanco, al igual que algunas partes de su rostro, y con pena, le pasó una servilleta para que se limpiara los retazos de harina.

—Bueno, yo al menos no entré al baño sin preguntar —empezó refutar Naruto.

—Yo... —no encontró forma de protestar.

—¡Ja! Te dejé sin argumentos Satsuki Uchiha —dijo con notorio orgullo en su tono.

—Bueno, puedo decir que es pequeño.

—¿Qué es pequeño? —preguntó curioso Naruto.

—Ya sabes, tu amiguito de allí abajo —expresó en un tono serio.

Te rescataré de la oscuridad | NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora