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Fandom: Sailor Moon.

Capítulos: 2 de 5.

Resumen: En este enorme universo, las posibilidades son infinitas.

Parejas: Sorpresa.

Rating: G.

Categoría: AU. Romance.

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2.

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"¡Yaten-chan!" Usagi llegó a la sala y le abrazó por detrás. Yaten levantó su rostro, todavía sentada en el sofá a pesar de la nueva visita, para encontrarse con el de ella. Usagi recargó su frente sobre su fleco plateado.

"¿Qué?" Yaten demandó, en vez de comportarse como una persona normal (ya saben, considerada y cariñosa), nunca soltando la revista de sus manos.

"Tengo hambre. ¡Vamos a comprar algo!" Su voz fue dulce, queriendo ser convincente. Pero, Yaten hizo una mueca de disgusto, matando las esperanzas de la chica.

"Pero, está lloviendo."

"¡Vamos! Por favor..." Usagi le regaló un beso en la frente. "Tengo que cortarme el pelo... y quiero saber cómo te gustaría."

"No."

Usagi suspiró, vencida. "Bien. Entonces, iré sola." Lo soltó bruscamente, la resignación pronto volviéndose enojo.

"¡Está lloviendo a cántaros!" Repitió la joven, al mismo tiempo que se levantaba del sofá. La revista salió volando al piso.

"Tú sabes que me gusta la lluvia." Dijo ella, tratando de que no notara la tristeza en su voz. Aunque fue inútil, porque para Yaten el temblor de su tono no pasó desapercibido.

No que eso hiciera una diferencia, claro. Yaten podía ser aún más obstinada que Usagi.

"Te vas a enfermar." Yaten se cruzó de brazos, su rostro tan serio que la hizo estremecer. "¡Luego vas a venir y nos vas a enfermar, a todas!"

"¿Qué pasa?" Seiya preguntó, entrando a la sala, seguramente atraída por el escándalo. Usagi sólo suspiró y salió del apartamento.

"¡Yaten-baka! ¿Qué le hiciste ahora?"

"¡Eso no te importa!" Yaten tomó la chaqueta más cercana y salió del apartamento. En dos segundos regresó para tomar un paraguas y se volvió a ir, gruñendo entre dientes sobre niñas caprichosas.

Yaten salió a las calles y no le fue difícil distinguir unos odangos rubios a la distancia.

"¡Usagi! ¡Espérame!"

Usagi cruzó la calle, ignorándola, mojándose en el proceso. Yaten pensó, aproximadamente diez veces, antes de cruzar la calle y decidirse por correr el riesgo de mojarse, aún con el paraguas.

"¡Usagi!" Yaten gritó con ímpetu. Su novia por fin se detuvo, después de la décima repetición de su nombre, y volteó lentamente hacia ella.

"Yaten..." Sus enormes ojos azules se engrandecieron al verla. Yaten llegó agitada, y la tapó con el paraguas, rápidamente.

"Usa-baka, te dije que—" No terminó su regaño, gracias al abrazo en el que Usagi la envolvió. Yaten suspiró, y aunque nunca lo admitiría en su vida, se sintió aliviada.

Puesto que, Usagi siempre le perdonaba.

Para el eterno coraje de Seiya.

"Viniste hasta acá..." Usagi se separó poco a poco. Su rostro tan cerca del de Yaten que sus narices se rozaban juguetonamente.

"Cielos, mira no más, estás empapada—" Yaten fue interrumpida, de nuevo, por un dulce y tímido beso, de parte de su novia.

"¿Qué? ¿Miedo a que tu suéter favorito se moje?" La coneja comenzó a burlarse. Yaten roló sus ojos, un puchero torciendo sus facciones. Luego acomodó sus manos, para que las suyas estuvieran unidas entre las de ella, en un fuerte apretón. El puchero se transformó en algo más, en un gesto raramente usado: una sonrisa.

"Empiezas a conocerme."

Usagi solamente rió, obteniendo una prueba más, de que tanto Yaten se preocupaba por ella.

Cinco Cosas Que No Sucedieron (AKA Usagi Puede Ser Sexy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora