"Gracias por arruinar las dos relaciones más preciadas de mi vida, no podría haberlo hecho mejor que ustedes dos juntos. Felicitaciones por su puta relación."
Palabras: 3500.
Género: Drama, flujo, infidelidad, Jisung y Hyunjin son los "malos".
Nota: Sé que no aparece Changbin pero esta es solo la primera parte y necesitan contexto de la situación.
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—¡Shhh, tonto, la gente podría escucharte! —Jisung se rió contra el hombro de Hyunjin mientras el brazo del otro se envolvía cómodamente alrededor de su cintura y costado.
—¿Qué? No es culpa mía que tu risa sea fuerte y muy aguda.
El hombre más pequeño le dio un pequeño golpe contra el estómago, alejándose de su agarre para tomar sus llaves.
—¿Disculpa? Te gusta cuando mis ruidos son fuertes y agudos.
Hyunjin inclinó la cabeza hacia atrás para mirarlo a los ojos. —Oh, claro que sí, bebé.
Presiona un beso bastante sugerente en sus labios, antes de soltar a Jisung.
Las encontró con un sonido triunfal sosteniéndolas para mostrarle al otro hombre con una pequeña sonrisa en su rostro mientras también deslizaba un anillo en su dedo anular, antes de ponerse serio mientras se giraba para poner las llaves en la cerradura. —Recuerdas lo que tienes que decir, ¿no?
Al escuchar una burla del otro, lo miró. —Por supuesto que sé qué decir, no soy un idiota.
La mirada dura desapareció de su rostro, mirando rápidamente alrededor del pasillo y hacia la puerta antes de darle un beso. —Lo sé, lo siento. ¿Perdóname? —Hizo un puchero.
Hyunjin sonrió, inclinándose para presionar otro beso largo e intenso en los labios de Jisung. —Sí, siempre lo haré; será mejor que abras la puerta antes de que venga a buscarnos.
Jisung asintió, finalmente se giró para abrir la puerta, plasmándose una sonrisa en su rostro mientras gritaba. —¡Minho, estoy en casa! Y he traído un invitado sorpresa conmigo, ¡Jin está aquí!
Había silencio.
El pasillo estaba oscuro; Hyunjin encendió el interruptor de la luz. —Minho hyung, ¿estás en casa?
Los dos compartieron una mirada mientras se sacaban los zapatos, poniéndolos en sus lugares en el estante, sin siquiera mirar hacia abajo mientras lo hacían.
—¿Minho? Amor, ¿estás en casa?
Tal vez solo estaba en el baño, pensó Jisung, entrando más en su apartamento. Todas las luces de la cocina y la sala de estar estaban apagadas, lo que no era normal si el mayor había vuelto a casa del trabajo. —Debe seguir trabajando si aún no ha regresado, le llamaré en unos minutos para saber cuándo volverá.
