Una canción, una historia

Run

Sinopsis: Un hermoso sábado pretendía ser de descanso hasta que se entera que el amor de su vida se marcha para siempre.

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Ese día era simplemente... hermoso. Un maravilloso sábado para dormir hasta tarde. A pesar de que no era una persona holgazana, en serio que necesitaba un buen descanso después de semejante semana de estudio. Los exámenes finales habían concluido y además de ser sábado eran el inicio de las vacaciones. POR FIN.

Acostumbrada a despertarse temprano abrió los ojos a las seis treinta, incluso antes de la hora de su acostumbrada alarma de despertador. Pero no había más prisas, ni miedos. Hoy iba a ser diferente, se abrazó de su almohada y sonrió imaginando que se trataba de cierto rubio.

Respiró hondo recordando todo. El día anterior lo había pasado tan bien a su lado. Si tan solo fuera un poco más valiente. Pero no importaba nada más, pues en estas vacaciones estaría más tiempo a su lado. Cerró de nuevo los ojos para dormir, y con un poco de suerte soñaría de nuevo con él.

―¡Hinata sama!

Su querido primo se encargó de despertarla de su segundo dulce sueño pero de una manera nada agradable con semejante grito.

―Buenos días, Neji-niisan ―saludó desde la cama, no quería levantarse por nada del mundo.

―Ha pasado algo grave, lamento informarle tan temprano.

Enseguida se levantó de su cama.

― ¿Qué sucede? ―preguntaba tallándose los ojos, sentía que le pesaban demasiado.

―Naruto llamó despidiéndose.

La sola mención del susodicho hizo que terminara de abrir los ojos sorprendida. Despidiéndose... ¿despidiéndose? Pensó aun adormilada. ¡Despidiéndose!

―Dijo que se va de Japón, probablemente nunca volverá.

― ¿Qué?

Neji se marchó dejándola sola, estaba demasiado impactada. Pero la sola imagen de la escuela sin él, sin sus sonrisas. No podría vivir.

Se cambió el pijama lo más rápido que pudo y se puso un sencillo vestido blanco. Salió de su casa corriendo. Tenía que llegar, no iba a permitir que la persona que más amaba se fuera de su lado. A pesar de que no quería llorar, en su rostro ya resbalaban unas cuantas lágrimas, era demasiado para ella no volver a verlo jamás.

Mi aliento aumenta cuando
mis pasos cesan
A veces, se enreda cuando
mi aliento para
La olvidada tristeza se
precipita en mí
Las lágrimas brotan sin darme oportunidad de retenerlas

Recordaba esa canción perfectamente, la escuchaba en su cabeza. Ya estaba decidida, gracias a esa canción tendría el suficiente valor. Aunque él se fuera y ella no pudiera hacer nada para que se quedara esperaba que sus últimas palabras fueran un buen recuerdo para él.

Tiempo, por favor avanza un
poco más rápido
Con una cálida luz,
cúbreme por favor
Llévame hacia un
brillante mañana
Donde pueda volar más
lejos que nadie más

Con una gran sonrisa siguió corriendo ahora más rápido, debía llegar lo antes posible. Él se había ganado una gran parte de su corazón. Por eso ya no tenía miedo al rechazo, se lo diría. Por lo menos así nadie diría que fue una cobarde.