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Hola, espero que estén disfrutando de las festividades navideñas. Aquí les traemos la continuación de esta historia, ya saben el contexto del mismo. Agradecimientos especiales a Trafalgar Kai por las ideas originales y a SakyDaNy por todos los demás detalles; sin más les dejamos para que lean con calma.

Muchas gracias por leer y esperamos contar con su visita en la continuación. Sin más muchas gracias, nos vemos luego ¡Bye-bye!

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El primero en abrir los ojos fue Aizawa, o eso creía.

Todo estaba oscuro y se escuchaba un eco a menos que fuera el zumbido debido al fuerte golpe previo; recordando la horrible explosión y el lugar, humedeció sus labios.

No podía respirar bien, una presión en su pecho le impedía jalar aire con profundidad, su clavícula izquierda punzaba peor que sus costillas; su pierna dolía a mares y, aunque lo intentará no la podía estirar ni jalar; su brazo derecho, ese que sufrió daños en la pelea contra Shigaraki le molestaba y no lograba ni mover los dedos, un calor extraño le recorría la espalda y su cabeza mantenía una punzada, sin quererlo soltó un leve gemido.

— Ummm... — enunció apenas audible, lo que no esperaba era que le respondieran.

— No te muevas, — le mencionaron. — Sufriste varias lesiones que no puedo atender por el momento.

Entonces Shouta recordó al pequeño.

— ¡E-el niño! — mencionó entre resuellos ahogados, como si le apretaran la garganta.

— ¡No te muevas! — imperó Enji encendiendo su mano, permitiéndole ver la situación en la que estaban: — Él esta bien, inconsciente pero bien, no tiene lesiones visibles salvo un chichón, lo protegiste bien, ahora por favor, no te muevas. — agregó antes de disminuir el fuego.

— ¿Q-qué pa-só? — preguntó después con la misma dificultad.

— Que el maldito edificio nos cayó encima... además, a ti te golpeó la explosión por el costado.

—Hawks... ¿Dónde...? — se alarmó una vez mas Shouta, y luego otro quejido que le obligó a callarse.

— Deja de hablar, te lastimarás, — insistió Enji. — Aquí lo tengo. — atinó a mencionar.

Luego de nuevo el silencio, la oscuridad y como si no fuese suficiente, el frío les golpeó con toda su fuerza; estaban en una situación que si bien no era desconocida, no dejaba de ser peligrosa; los escombros apilados de modo caprichoso, restos tanto de autos como de la misma construcción esparcidos por todo el sitio, metal aplastado como telera de pan integral, y ellos en medio de todo eso.

Definitivamente Enji sostenía a Hawks en sus brazos como si de bebé se tratará, su estómago estaba siendo travesado por la varilla gruesa que él vio antes de ser sepultados, pero no fue lo único, su brazo izquierdo tenía una forma curiosa y su cabeza mostraba sangre, sin contar lo sucio y harapiento que lucía.

Pero claro que Enji también estaba herido, la sangre que escurría por su pierna delataba una cortada profunda, ¿Qué tanto? No sabría decirlo, esta bien que su vista lograra acostumbrarse a esa oscuridad, pero por supuesto que poseía un limite, sin contar que, esa cortada era solo la punta del iceberg, su espalda molestaba, y sentía que con cada respiración, el tratar de agarrar aire se tornaba mas difícil, aparte, una gran descalabrada no dejaba de sangrar.

Café AmargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora