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Hola, traemos la continuación de este fin; Trafalgar Kai muchas gracias por la idea central, hermosa SakyDaNy gracias por no dejarme caer y/o abandonar...

Muchas gracias por leer, nos vemos en la siguiente entrega, se cuidan Bye-bye.

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La resaca la conocía sí, no había duda de ello, el dolor de cabeza, la pesadez en su cuerpo, el mal estar estomacal y el horrendo sabor amargo en su boca, le eran muy familiares... lo que no conocía era el sitio donde estaba: los instrumentos musicales, la cama, los colores.

'— ¿Donde diablos estoy?—' pensaba Eraser al incorporarse y quedar sentado sobre la cómoda cama.

Un tanto alarmado inició a recapitular la noche anterior y, apenas vislumbrando a Yamada sus dudas y miedos se erradicaron; de verdad debía bajarle dos o tres rayitas al beber, mira que perder hasta la consciencia en las parrandas no le garantizaba un buen porvenir.

Sobre el borde, a sus pies miró unas prendas que seguramente su amigo le dejo listas, con todo y su mal estar miraba en toda la habitación tratando de encontrar su traje pero, no tuvo suerte, de plano no estaba en la habitación y con ello tampoco encontraría sus llaves, después de todo estaban en sus prendas, de modo que estaba condenado a salir vistiendo lo que le dejaron en la cama.

En serio necesitaba dejar el alcohol. El no darse cuenta de que le habían desnudado ya era un riesgo latente, menos mal Yamada no se sobrepasaba con él en lo mas mínimo, sintió una leve punzada de pena al verse solo en calzoncillos, pero con confianza se sentó al borde de la cama, nada había ocurrido por la noche con su amigo.

Suspirando optó por vestirse y en ese momento se percató de la delgadez de Mic, ¡Era mucho mas flaquito! Y en ese short ajustadísimo y corto que bien lo podría usar como interior extra bajo su traje y nadie lo notaría se demostró, al igual que la camiseta de tirantes apenas y le quedaba una talla grande, pero para alguien que gusta de vestir holgado, ese ajuste sería como vestir un corsé; exponer tanto su piel encabezaba su lista de nunca hacer (de tener una la tenía, que lo pensara seguido, no tanto) por varias cuestiones pero la principal, la decencia... y que Midnight merodeaba.

Ya no le importaba eso, necesitaba el café con urgencia de lo contrario el mal estar general se mantendría en él por todo el día; salió de la habitación de Mic descalzo, sujetándose una coleta sin prestar la mínima atención alrededor.

Llegó hasta el área de la cocina, al fondo del pasillo con la mera finalidad de prepararse el café obligado, observó a su compañero de parranda del lado de la estufa, el cabello largo sin alterar, un pijama larga y una camiseta normal '—¿Por qué rayos no me dejaste esas prendas a mí?—' pensó al acercarse sin hacer ruido; estando a una distancia de una brazada, le dio una patadita en el posterior con la mera finalidad de que lo notara aunque sus muecas sorprendidas denotaban algo que a Eraser se le pasó de largo: No estaban solos en la estancia y con la mirada, le mostró el cuadro escénico.

Miró lentamente a su espalda y para su desgracia, todos o la mayoría de sus colegas estaban en la sala general que también era comedor y sobre todo, cocina aunque poco le importaba lo que vieran e interpretaran.

— Gracias... — mencionó apenas audible al tomar la taza de café que le entregaba Hizashi. — Buen día. — agregó saludándolos sin la intención de que le devolvieran el saludo, no tenía ganas de hablar con nadie.

— ¿Una mala mañana? — empezó Midnight quien agudizaba la vista al contemplar la escultural figura de Eraser.

Ya había transcurrido mucho tiempo desde que le vieron vistiendo algo que no fuese su harapiento traje, y menos algo que para algunos de los presentes resultaba sensual, sí sorprendió a algunos, calentó a otros y por supuesto que tentaba al resto y Nemuri caía en todas las categorías.

Café AmargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora