Eran tus ojos lo qué atrapaban las estrellas.
Los qué hacían no querer mirar nada más.
Eran aquellos claros como el cielo, pero profundos como el mar.
Aquellos qué hacían perderte en su naturaleza irreal.Esos ojos azulados qué hacían perder mi cordura, un sin fin de belleza en el color claro de su degradado, un arte inexplicable.
Tu cabellera rojiza complementaba la irrealidad humana.
Pero el arte demostraba miedo, ¿Dime a qué mirabas?
En tus cejas claras se formaba una curva de miedo en el mirar, un ceño fruncido sin explicación.
Dime, ¿A qué temias?
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they
PoesíaSolo dejo aquí plasmado lo qué mi pobre corazón llega a sentir en sus días de vida.