Arc 1 Cap 3. Guardia

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- ¡Hey!, despierte señorita. (¿?)

Una voz sonó por tus tímpanos.

No la reconocías, pero sonaba urgente, mas no parecía necesario responder, ya que parecía hablarle a una fémina.

- Señorita, señorita. (¿?)

Pero entonces sentiste como algo tocaba tu hombro,se sentía como una mano pero era bastante firme, ademas de que esta no se sentía como piel, si no mas bien como alguna clase de tela.

Probablemente estaba portando guantes, fue tu primer pensamiento y el que mas posibilidades tendría de ser cierto.

Querías que quitara la mano de tu hombro, así que moviste tu mano para hacerlo, pero a medio camino, algo se interpuso.

Mientras subías tu mano, una masa le impedía el paso, reconocías la textura, pero no podías decir que era.

La apretaste un poco para comprobar, pero entonces sucedió algo inesperado.

Al momento de hacerlo, una sensación extraña te invadió por completo.

Fue como un choque eléctrico, una sensación rara, increíble... y por alguna razón placentera.

Lo intentaste de nuevo, y en efecto, tu cuerpo volvió a sentir dichas emociones, lo que era era raro, ya que se sentía como si fuera de alguna parte de tus pectorales.

- ¿Se- señorita? (¿?)

Recordando la existencia de la voz, que en algún momento había soltado tu hombro, dejaste tu investigación para después y decidiste volver a tu papel de Heroe.

- Perdón, sentí algo raro y...

Pero algo no estaba bien, sentías como tus labios se movían, como tu lengua trabajaba, como el aire salia de tu boca y como las palabras coincidían con lo que querías decir... pero la voz era diferente, era mas dulce, mas picara, mas... femenina...

Y ya fuese por instinto o por que en el fondo sabias la respuesta, llevaste la mano a tu garganta.

Faltaba ese pequeño bulto conocido como manzana de Adán, pero la rareza no solo vino desde la mano, si no desde la garganta.

La piel de tu mano se sentía mucho mas delgada y suave que antes, y si bien no dirías que era fina porcelana, definitivamente se alejaba bastante de tus manos gruesas y duras como el acero.

Casi como esperando que fuera un mal sueño, buscaste la ultima esperanza tratando de abrir los ojos y esperar que te recibiera una vista de una ventana de un hotel de lujo con una hermosa vista de la capital.

Desafortunadamente, parecía que tu persona seguía atrapada en la mayor pesadilla del mundo: la realidad.

Dejando de lado la molesta luz del sol, tus ojos podían captar que ni siquiera estabas dentro de algún edificio, si no que estabas en medio de un camino de paso.

Pero incluso mas importante, cuando tu mirada se fue para abajo, pudiste comprobar... que tu cuerpo ya no era el mismo.

Rápidamente, los recuerdos del día anterior empezaron a fluir, el escape, la persecución... el príncipe...

- Señorita... perdone las molestias, ¿pero esta bien? (¿?)

Al voltear hacia la voz, durante un segundo tu mente se paralizo.

Era un guardia.

Estaba en cuclillas, viéndote directamente pero desviando la mirada, podías notar como su rostro estaba algo sonrojado, cosa que no te extraña con tu pequeña investigación matutina.

La Traición del Héroe (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora