Capitulo 4

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Para Tenten su segundo día no había estado tan mal. Esta vez tuvo cuidado de no resbalar con el charco de agua que obviamente había vuelto a dejar, pudo alcanzar el autobús y llegar a su primera clase del día a tiempo y lo mejor para ella, sin una sola gota de sudor.

Ese día, su primera clase sería análisis de la cultura y el arte, materia que también compartía con sus amigos, por lo que no le sorprendió llegar y ver a Ino y Kiba en sus respectivos asientos.

— Hola chicos —saludó animada.

—¡Tenten, hola!, veo que estas seca—bromeó Kiba.

— Y permíteme decirte que te ves increíble— La animó su rubia amiga.

Ino siempre la hacía sentir mejor sobre su aspecto, no es que se sintiera mal por el, simplemente ella no creía que fuera robando miradas y suspiros por doquier, -como su amiga lo hacía- y no era que le importara. A Tenten le gustaba pensar que tenía más que ofrecer que su apariencia, aunque eso no impedía que se pasara la brocha por la cara de vez en cuando.
Como ese día, solo tomo un jean de mezclilla con corte mom, una playera negra simple que dejaba ver sólo un poco de su estómago y se cubrió por encima con una chaqueta negra, optó por usar unos tenis blancos y sus dos chonguitos. Rizó solamente sus pestañas, y las maquilló un poco, además de una ligera capa de gloss que ayudaba a que sus labios se vieran un poco más carnosos. Parecía adecuado para asitir a clases.

—Gracias Ino, pero vengo tan simple como siempre— encogió sus hombros y prefirió cambiar el tema — ¿qué han sabido de Lee?

— Hablando de, ahí viene— señaló Kiba a la puerta.

— ¡Hey chicos! —saludó Lee, parecía estar un poco sonrojado—No lo creerán, viene la hermosa chica pelirrosa de ayer, parece ser que también compartiremos esta clase, ¿no es el destino maravilloso? —soltó un pequeño pero notable suspiro

— ¡Ay por favor Lee, no sabes ni su nombre! —regañaba Ino

—Eso es lo mejor, el destino me da la oportunidad de conocerla.

— Bueno amigo, es mejor que te relajes un poco, con esa actitud no harás más que espantarla, yo ya me siento asustado— bromeó Kiba, lo que hizo reír a las chicas.

Y efectivamente, cruzaba por la puerta aquella chica pelirrosa que traía tan alborotado a Rock Lee. Iba acompañada de dos chicos, un chico rubio que Tenten reconoció de alguno de sus talleres -a ese chico no se le terminaba la energía- creía recordar que se llamaba Naruto; al final entró con ellos un chico que los acompañaba, a diferencia de sus amigos, se veía muy serio, su cabello era negro bastante oscuro y sus ojos se veían igual de negros y profundos, le parecía conocido, solo que no pudo recordar de donde.

El azabache no vió a su alrededor, solo se sentó y siguió escuchando todo lo que su animado acompañante le contaba.

— Uy, ¿Y esos chicos quienes son? —preguntaba por de bajo la coqueta rubia de ojos celestes — son muy guapos.

— ¿Qué? ¿Esos chicos? ¡Bah! —refunfuñó Kiba — el rubio es Naruto, un idiota, todo el tiempo habla, jamás para, todo el día BLA BLA BLA.

— ¿Y el otro chico? — preguntó Tenten con curiosidad.

—Es Uchiha, no recuerdo su nombre, todos me parecen iguales, siempre está callado, mencionan que es el mejor de la clase ¡Por favor! Acabamos de iniciar clases, ¿cómo pueden saber eso?— torció sus ojos y cruzó sus brazos—comparto un par de clases con ellos, a mi parecer son unos tontos.

—A mi parecer, son muy lindos—añadió Ino al final.

Entonces entró quién sería su profesor en esa clase. Un hombre de cabello plateado que cubría casi por completo su rostro exceptuando su ojo derecho.

Tenten volteó a ver el reloj en la pared, llegó 20 minutos tarde.

—Una disculpa, me perdí en el camino mientras venía acá. —se detuvo un momento para colocar su maletín sobre su escritorio— Les pido tomen sus asientos, mi nombre es Kakashi Hatake, les impartiré la clase de Análisis de la cultura y el arte. —Kakashi Sensei levantó su mano y rascó su nuca — ¿Por qué no iniciamos?, les mostraré una proyección con los temas que veremos durante este semestre, pueden decidir tomar  apuntes o no, pero yo les recomendaría que lo hicieran.

Tenten sacó de su mochila una libreta y un par de bolígrafos para hacer apuntes, en eso sintió como tocaban su hombro.

—Disculpa —la llamaban de atrás, por lo que la castaña volteó a la mesa de la que la llamaban —perdón que te moleste, ¿podrías prestarme un bolígrafo?, creí haber traído unos esta mañana, pero parece ser que no es así.

Era un chico rubio de cabello muy largo, lo llevaba recogido en una media coleta.

— ¡Claro, no hay problema! —le sonrió Tenten pasándole el lapicero que tenía en su mesa —aquí tienes.

—¡Gracias! —El chico la observó detenidamente—me pareces conocida.

Tenten abrió un poco más los ojos

— ¿En serio?, disculpa, pero no lo recuerdo — torció un poco su boca

—Sí, creo que te he visto en algún curso o algo así, ¿has ido a talleres de arcilla?

—Si!, la mayoría de mi tiempo la paso en talleres, así que seguramente de ahí me conoces, me llamo Tenten —le estiró su mano a modo de saludo.

—Bueno Tenten, es un gusto —tomó su mano respondiendo al saludo

—El gusto es todo mío uhm...—esperaba que el chico le dijera su nombre

—Deidara.

—Deidara—repitió Tenten.

El mercado de artesanías Donde viven las historias. Descúbrelo ahora