Octavio

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⚠️ADVERTENCIA ESTE CAPITULO CONTIENE TEMAS SENSIBLES, LEA CON PRECAUCIÓN, TODO ES FICCIÓN⚠️

El pequeño castaño de tan solo unos cuatro años, abrazaba a sus dos hermanitos menores quienes no entendían lo que ocurría, aquellos bebés de tan solo 4 meses de nacidos, solo miraban a su hermano y se aferraban a este, quien les sonreía con cariño y besaba sus mejillas para mantenerlos distraídos de la discusión a tan solo unos metros de ellos, su padre había vuelto a embriagarse otra vez, ahí estaba el infante de ojos café con leche entreteniendo a los menores, mientras los adultos se echaban en cara sus adicciones, su padre había caído en depresión desde la muerte de su abuelo y su madre ingería una enorme cantidad de pastillas por una enfermedad mental que su consciencia de infante no le permitía entender.

Como podían adivinar, aquellos tres menores pocas veces recibían afecto por parte de sus progenitores, por lo que el castaño claro debía encargarse de sus hermanos, a su corta edad ya sabía cambiar pañales y preparar comida, tanto para el como para sus hermanos, su madre pasaba el día fuera, apostando y echando por la borda todos sus ahorros, llegando alrededor de una hora antes que el padre del pequeño, quien a pesar de llegar ebrio, era muy cariñoso con ellos, hasta que la pelirroja llegaba a discutirle todo parecía una rutina, el menor despertaba, dejaba todo preparado con un delicado circuito para que sus hermanos pudieran sobrevivir perfectamente mientras el estaba en la escuela, su madre salía a apostar y el llegaba poco después de eso a preparar su almuerzo e iniciar la cena para su familia, trataba de ordenar lo mejor que le era posible, y por la tarde su madre no hacía nada más que presumir cuando había ganado, a lo que este solo le seguía el juego.

— [Llegué a casa familia.]

Dijo la voz de su padre quien se oía totalmente sobrio, aquello lo sorprendió realmente, corriendo a la puerta para abrazar a su padre, siendo cargado por el mismo, eran pocas las ocasiones que aquello ocurría, por lo que trataba de disfrutar la compañía de su progenitor al máximo, sonrió contento bajando de los brazos del mayor para guiarlo a la mesa con una sonrisa.

— Disfruta papi.

Dijo con una sonrisa infantil abrazando al mayor una ultima vez antes de ir a su lugar, ayudando a sus hermanos a comer, para el aquello era normal, aunque a su padre no le gustaba, decía que no era su trabajo cuidar de sus hermanos o hacer todos los deberes del hogar, decía que aquello era trabajo de su mamá, ¿como ella iba a encargarse si estaba todo el día fuera de la casa? Pensaba el castaño ceniza, comenzando a comer.

— [Cariño, la cena está de maravilla, cada vez te luces más.]

— {Ajá, gracias.}

Dijo la mujer sin siquiera querer mirar a su marido, este por otro lado miró a su hijo mayor haciéndole una seña para que fueran a dormir, por suerte el comía rápido, por lo que había terminado su cena, viendo como su padre cargaba a sus hermanos para llevarlos a sus cunas, el joven canadiense se despidió de un beso en la mejilla de su madre y subió a lavar sus dientes y ponerse su pijama con estampados de ballenas, esperando en su alcoba por el arropó de su padre, quien llegó poco después, el infante sonrió y tomó un libro de su mesa de noche.

— [Hoy no campeón, ¿que tal otro día? Papá está cansado esta noche, ahora solo te arroparé y me aseguraré de que nada te asuste.]

Dicho eso abrazó a su pequeño y besó su frente y sus mejillas, acomodándolo en la cama para cubrirlo y entregarle su peluche de delfín, miró a su primogénito una vez más acariciando su mejilla, levantándose para revisar que no hubieran "Monstruos" ni ramas que molestaran en la ventana, encendiendo una lamparita junto a la cama para apagar la luz, el menor se había dormido poco después.

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⏰ Última actualización: Jan 26, 2022 ⏰

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