Capítulo 3

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No se cuánto tiempo me quede allí sentada. El viento agitaba los árboles y las sombras parecían tomar vida. Lo único que ocupaba mi mente era lo que había pasado. Lady Atenea, Lady Atenea... Cada vez que recordaba ese nombre la furia me invadía. Nico Di Angelo... Cada vez que recordaba al chico una oleada de calor me recorría. ¿Por qué rayos tenía que despertar sin memoria? ¿Por qué se me tenía que aparecer un chico fantasma? ¿Y una tal "Lady Atenea" se me tenía que poner a hablar de cosas sin sentido? ¿Será que antes estaba loca por eso me quitaron la memoria? ¿Por qué me enojaba cuando pensaba en ese nombre, Lady Atenea? ¿Por qué todo esto me pasaba a mí? Estaba tan sumida en mis pensamientos que no me dí cuenta que estaba amaneciendo. Me puse de pie y comenze a caminar por el bosque. Pase horas caminando hasta que por fin salí a un claro.


A mi alrededor se extendía una hermosa ciudad. Las casas eran antiguas, las calles angostas repletas de turistas tomando fotos y paseando. Por todos los lados había canales. Algo en mi interior me decía que ya conocía este lugar. Me quedé en ese lugar observando todo. Fue entonces cuando alguien vendo mis ojos y unos brazos fuertes me cincharon hacia atrás. Quería gritar pero una mano me tapo la boca. No sabía que hacer... Entones se me ocurrió algo. Mordí la mano de la persona y doblandome sobre mi misma logre darle un buen golpe al agresor. Aproveche la ocasión y salí corriendo tratando de quitarme la venda. Maldito nudo, pensé ya que no lo podía desatar. Fue entonces cuando me tropecé y caí al suelo. Comenze a rodar y a rodar. Sentía las ramas cortando mis brazos y lastimando. Gemí cuando sentí un gran ardor en mi mejilla. Entonces golpee contra algo que supuse que era un árbol. Te debo una árbol, pensé ya que este había detenido mi caída. Aunque el dolor hacía que mis brazos no se pudieran mover logre quitar la venda de una vez por todas. Mi vista se veía borrosa pero pude distinguir una oscura silueta que caminaba hacia mi. Me apreté contra el árbol sabiendo que no tenía escapatoria. La silueta se arrodilló frente a mí, y cerré los ojos esperando lo peor 

My only memory (Nico Di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora