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Narra Wendy

Los días habían comenzado a pasar. Cada día la falta de Connor dolía un poco menos. Su ventana estaba cubierta de cartones, seguro para evitar que entrara mucho viento durante la noche hasta que la arreglaran. 
El primer día me limité a hablar con mis amigas, el dolor que tenía era imparable, un kilo de helado y películas con finales felíces no eran mi primera opción, porque, era muy estúpido hacer eso.
Mi primer idea fue llamarlo, dejar que me explicara algo. 
Pero cuando veía su nombre en el celular al recibir sus llamadas me limitaba a colgarlas. Y cuando decidía llamar yo, antes de precionar la tecla verde, cerraba su número y arrojaba el celular.
Los ojos comenzaban a arderme de tanto llorar, mi rostro seguramente estaba pálido en su totalidad, devía estar hecha un desastre pero me negava a verme al espejo.

El segundo día estuve evitando los buzones de voz que me dejaba Connor cuando colgaba su llamada. Comencé a acomodar las cosas que faltaban sacar de las cajas, supuse que eso me ayudaría a despejarme y así fue. No fue el gran cambio, pero me sacó de mis pensamientos un rato.
En mi celular no había nada interesante para hacer ni leer. Los mensajes estaban llenos de los de Connor al igual que las llamadas. No quería comenzar a oír ni leer nada de él, no aún.

El tercer día volvía a mi rutina diaria de ir al colegio, no le prestaba mucha atención cuando pasaba por los pasillos. Él intentaba llamarme, o me seguía y me jalaba del brazo para hablarme pero yo evitaba sus llamados y me salía de su agarre.
En las clases evité el hecho de que me hablaba, varias veces lo retó el profesor pero él se limitaba a seguir molestando con voz más baja.
En la salida de el aula siempre me paraba rápido y guardaba todo a mayor velocidad para evitar charlas o llamados incómodos y salía corriendo de allí directo a mi casillero.

Y vamos con el cuarto día.
Mi despertador comenzó a sonar igual de molesto que ayer, igual que siempre. Apagué la alarma que me avisaba una y otra vez que era el horario de despertarme.
Bajé de mi cama y comencé a buscar la ropa que había preparado la noche anterior.
Luego, hice lo de siempre, cepillé mis dientes, me acomodé el pelo y me vestí. Bajé a desayunar con mi madre quien me habría preparado café con tostadas y una vez terminado el desayuno agarré mis cosas y me fui a mi bicicleta para ir a la escuela.

Antes de comenzar el recorrido de todos los días a la escuela coloqué música en mi celular, me puse los auriculares y luego dejé mi celular nuevamente en el bolsillo de mis jeans.
A medio camino, cuando faltaban unas quince cuadras, o algo parecido, el control que tenía sobre mi bicicleta lo pierdo y me estrello contra un árbol.
Evitando el dolor que me causó la caída, levanto mi "transporte" y observo que tiene la rueda delantera pinchada.

-¡Joder! ¿Por qué me pasa esto a mí?  -Le dije al aire.

Comencé a caminar a el colegio con la bicicleta pinchada ya que creo que luego la llevaré a que la arreglen.
La arrojé en el césped una vez que llegué y me fui a mi clase. No me preocupé por ponerle candado ya que nadie tendría ganas de llevarse una bicicleta rota.

******
Las clases comenzaron a pasar, aburrida y lentamente.
Liss había agarrado un resfrío y no había venido a la escuela. Tara se había sentado con Cam, igual que siempre, y yo quedé sola en el banco, en resúmen, no podía hablar con nadie.

En mi última clase, luego de ordenar mis cuadernos y libros en el casillero nuevamente, me dirigí como de costumbre al baño con mi bolsa para ir a gimnasia.

-¡Wendy! -Gritó Connor por mis espaldas.
Comencé a apurar mis pasos pero fueron en vano.  Su mano me alcanzó antes de lo esperado y me dio la vuelta.

-Sueltame -Le ordené. Él se negó -Pienso gritar si no me sueltas. Te doy cinco segundos -Su agarre disminuyó y comencé a tratar de irme pero al darme la vuelta su mano se aferró a mí nuevamente.
-Dame cinco segundos, Wendy -Negué con la cabeza.

-No hay nada que me tengas que explicar. Es tu vida, haz lo que quieras.

-Son solo cinco segundos.

-Llego tarde a mi clase.

-Algún día lo vamos a hablar, quieras o no. No lo vas a poder negar eternamente.

-Suelta mi brazo -Él lo hizo y yo comencé a caminar al baño para cambiarme de ropa.

Una vez que tengo el uniforme se gimnasia, comienzo a caminar a la puerta doble que da al gimnasio.
Siempre que iba a mis clases de gimnasia, aparecía Connor en mis espaldas mirándome mientras se apoyaba contra la pared. Me dí la vuelta para ver si estaba, ¿Por qué me importaría? ¿Qué buscaba?, pero allí estaba. Cruzado de brazos, con su peso contra la pared al igual que siempre. Al cruzar nuestras miradas se limitó a bajar su cabeza para cortar esto. Abrí la puerta y me metí al gimnasio.

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Holaa!! Espero que les guste :) no es muy wow pero bueno... salió eso...
No olviden que pueden votar y comentar :')
¡SALUDOS!

All About That Bass [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora