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Los días habían comenzado a pasar, acompañados de besos, abrazos, ternura, llantos...

Este año había sido una gran historia para un futuro. Que esperaba que no se apurara en venir porque estaba disfrutando de pasar tiempo con mis amigos y Connor.

También tenía sus contras, como todo, las mil y una lágrimas que habían comenzado a caer desde aquella noche, eran jodidamente dolorosas para aquel momento y ahora únicamente eran anécdotas para contar...

Pero, antes de avanzar, ¿Regresamos unos días al pasado?

-¡Wendy! -Gritó Liss tirándome de la cama mientras me pegaba con su almohada.

-Cinco minutos más -Dije mientras me acurrucaba en las mantas que tenía enredadas en mis brazos y cerraba mis ojos nuevamente.

-¡Wendy! -Gritó nuevamente. Segundos antes de que decidiera taparme la cara con la almohada para evitar sus molestos gritos, ella ya había saltado sobre mi espalda y comenzaba a pegarme para que reaccionara -¡Ya despierta!

-¡Ya basta! -Grité mientras trataba de quitarla de encima pero ella se aferraba a mi espalda y no dejaba que me moviera de ninguna manera.

-¿Sabes que día es hoy? -Seguramente estaba sonriendo pero no podía verle la cara, solo veía la ventana.

-Viernes -Mi voz no tenía emoción alguna.

-¿Qué pasa hoy? -Su tono comenzó a ser represivo.

-Seguramente tenga que sacar un turno con el doctor, ¡Pesas igual que el perro de Cam!

-¡No! ¡Hoy es el estreno de la película! -Dijo mientras salía de encima mío, lo que agradecí con toda el alma, porque, era verdad, ella pesaba igual que ese perro gigante.

-¿Qué hora es? -Pregunté mientras me paraba.

-Once treinta... Yo me desperté a las diez -Una sonrisa triunfante se dibujó en su rostro.

-Okey... -Analicé lo que dijo...- ¡¿Once treinta?! -Salí corriendo al ropero y agarré cualquier ropa -unos pantalones largos, una remera azul y mis converse blancas- Fui al baño y comencé a golpear la puerta una y otra vez -¡Tara! ¡Necesito el baño! -Grité para que me oyera.

-Aún no termino -Dijo cantando.

-¡Llegaré tarde al trabajo, abre la puerta!

-Nop -Su tono fue infantil.

-Diablos -Dije en voz baja y fui corriendo al cuarto de mi mamá, agradecí que estuviera cocinando y me metí para cambiarme.

Una vez que terminé bajé corriendo, grité que me iba y salí por la puerta. Liss y Tara ya estaban acostumbradas a quedarse solas en mi casa, eran parte de la familia.

Comencé a manejar en mi bici, que tenia que cambiar urgentemente por un auto, a la mayor velocidad que pude hasta llegar a la tienda. Llegué con el tiempo justo, eran las doce.

-¡Hola! -Saludó Alexander, con Alex estaba todo bien, creo que entendió el hecho de que sólo lo veía como un amigo, había estado varios días evitando mi voz en el trabajo hasta que me armé de coraje y lo enfrenté -Bueno, quizá no- En fin, creo que Sophia, la empleada nueva podría ganarlo rápido, se nota que se gustan.

-Hola -le respondí -Disculpa la demora, me quedé dormida.

-No hay problema -Me dio una sonrisa cálida y luego pasé a mi lugar de trabajo.

******

Agarré la bici, manejé nuevamente hasta mi casa y la arrojé como siempre al césped delantero de la casa. Subí las escaleras y mis dos amigas estaban durmiendo en mi cama.

All About That Bass [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora