One Shot

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Advertencia: sad

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Se veía a dos personas bailar, en lo que parecía ser un claro de bosque...
Las estrellas y luciérnagas adornaban la zona, haciéndola lucir como algo mágico. Aunque ellos fueran casi leyendas para algunas criaturas aquí estaban, un futuro líder de los dragones rojos y un príncipe vampiro...
Se habían conocido desde hace trecientos años, pero habían empezado su relación hace cien. Ya que el príncipe espero a que este cumpliera su mayoría de edad para poder pedir su mano, a pesar de que la madre del dragon los quería casar apenas esto pasara. Pero ambos se negaron habría mucho tiempo para eso más adelante, ahora sólo querían disfrutar su juventud juntos...
De fondo había una hermosa canción que los hacía mover de forma lenta, y cariñosa. En unas de las vueltas el príncipe llevó la muñeca del joven dragon a sus labios dándole un pequeño beso y la regresó a su lugar. Parecía que las palabras entre ellos no eran necesarias se sentían únicos, el uno para el otro, habían pasado por tantas cosas que ahora lo único que querían era paz, para poder pasarlo juntos...
La mayoría de las cosas las hacían juntos, eran violentos a su manera, su tiempo de vida era casi infinito sí no se interrumpía de una manera abrupta. El príncipe vampiro que había esperado por el desde hace muchos milenios, cuando lo volvió a encontrar sintió que el mundo le estaba dando otra oportunidad. Así que decidió unir sus almas para siempre, la forma en que se declaraba amor eterno entre los vampiros era dar su ala dominante a su pareja y con ella su pareja pudiera volar con él siempre. Esto siempre era algo mutuo, pero cuando las especies eran de distinta raza las cosas no siempre eran sencillas, alguien con distinto tiempo de vida podría provocarle mucho dolor al vampiro, su vida también era compartida al dar su ala, y para que esta regresará el contenedor que ahora era portador debía gastar todo el tiempo de vida que había obtenido, sin que este lo supiera el tatuaje que era dado luego del intercambio se iría haciendo más pequeño.

Sin saberlo las demás razas no consideraban las alas tan importantes pero para un vampiro era su manera de ser libres, alzándose por sobre las nubes para poder ver el amanecer, o ver reposar la luna junto a las estrellas. Sus fuertes he inmensas alas eras capaces de ser su escudo y lanza, protegiendolos. Actuando como otra extencion de sí mismos, para ellos era como otro brazo. Confiaban en ellas más que en cualquier otro ser vivo existente, era con algo que nacían y crecían siempre allí para llevarlos donde quisieran...
Cuando dabas tu ala era porque querías unir tu futuro y el destino venidero con esa persona para siempre. Aunque tenían el poder de romper este ritual de amor, nunca era sencillo. Traía consecuencias ya que solo se podía hacer una vez en la vida, luego de romperla habían cambios de personalidad, algunos se perdían en la locura y se volvían adictos a la sangre, el mismo príncipe había tenido que ir a capturar a algunos que quedaron en esas condiciones...

Hoy en día el príncipe se encuentra sentado al borde de su penthouses, mirando las estrellas y la torre Ifel en París, la mejor vista que había tenido en un tiempo y se sentía hecho una mierda, hace tres años que lo volvió a sentir. No importa cuan lejos este tratando de alejarse y olvidarlo. Su separación estaba por completarse pero no importaba como su otra parte parecía siempre aferrarse a él y esto le impedía al ritual desaparecer por completo, no importaba cuanto tiempo pasara siempre lo volvía a ver. Lo estaba matando tener que saber que volvía a nacer o moría, quería olvidarlo pero tal parece que el destino siempre los une una y otra vez....

Izu: No es así? Kacchan...

Dijo mientras dirigía su mirada a lo que era un informe que le había llegado hace unas horas, habían fotos de su querido suegro Masauro y su tan querida Mitsuki-chan. Eran tal y como los recordaba, castaño alto y tranquilo, Mitsuki con su cabello rebelde, rubio y de ojos granates, poderosos a la vista de cualquiera...

Izu: hola, soy yo....

?: que sucede?

Izu: volvió...

?: Izu...

Izu: podrías venir? Estoy en París justo ahora...

?: en unas horas estaré allí...

Izu: gracias, Shoto.....

Luego se colgar dejo todo donde estaba, comenzó a caminar a la parte de del barandal viendo hacia abajo. No había nadie, así que salto. Extrañaba tanto poder volar, extraba tanto el poder ir por sobre las alas. Pero lo mataba más el tener que estar unido aún a Katsuki, sabía que esa magia era extremadamente fuerte. Pará poder disolverse por completo se necesitaba que la otra parte no quisiera más estar con él..

Cuando llegó a la punta de la Torre Ifel se quedo mirando el horizonte, una sola lagrima callo de sus ojos. Aunque por dentro hace mucho tiempo que se estaba ahogando, inundado por sus propios sentimientos de impotencia, ira, tristeza, soledad. Se sestaba ahogando porque podía sentir como ese pequeño niño ahora de dos años lo llamaba y preguntaba por el, podía sentir su tristeza. Quería llorar como cualquier otra criatura, pero ni eso podía hacer. Sus lágrimas eran la peor cosa que podía caer sobre la tierra, eran desastre de sequías, inundaciones, enfermedades. El único de los vampiros que no podía llorar, maldito hasta los huesos por tener que ver morir y volver a nacer a su pareja desde tiempos insoportables. No recuerda la última vez que dio una sonrisa sincera...

Solo espero que no nos podamos encontrar mas adelante, no quiero estar cerca de él, me mataría verlo y no poder tocarlo, porque no tiene ni las más mínima idea de quien soy, o que este casado y con hijos, kl quiero ver eso, no otra vez...
Aunque nadie lo viera estaba llorando muy dentro de él, ríos de lágrimas y lamentos eran escuchados....

Izu: Porque dar por separado esta vida y la siguiente, si una proviene de la anterior...

FIN....

Por cierto esta cosa tiene libro aquí...

Si les gustó bayan a leerla se llama...

"Un poema ya olvidado"

Un Alfa servicial (Dekuxharem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora