capítulo 4

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El sonido del timbre avisaba que era momento de entrar a clase, cerré mi casillero y camine con pasos largos a mi salón. Cruce por la puerta de Somi, y pude verla sonreír frente a un chico que estaba sentado en su escritorio.

<<Somi... Tu ternura es tu mayor arma>> solté mientras sonreía Ladina.

Avancé a paso firme, aún sin quitar de mi mente los pensamientos nada sanos de la gran arma que tenía mi amiga sin darse cuenta

-¡Oye!

Aún dentro de mis pensamientos, seguí ignorando las palabras de quien sea que me estuviera hablando.

- ¡Oye!

Fue hasta la tercera vez que reaccioné que escuche, pero... Si no era Min no me interesaba lo que dijeran. Los pasos que se escuchaban detrás de mí se volvieron más rápidos y marcados. Estaba corriendo..

-¡Oye! - dijo ahora tocando mi hombro.

Me detuve y di un gran suspiro antes de girar y gritarle a la persona que interrumpía mi mañana perfecta

-¿Que es lo que ...?

- lo siento, supongo que no estás de humor hoy- dijo sonriendo de forma cuadrada.

Mi mente quedó en blanco, mis ojos lo miraron fijamente y mis manos se apretaron en puño sin saber cómo reaccionar.

- no, disculpa. Solo tengo un poco de prisa

- ¿Es así? Tal vez deberíamos hablar luego- soltó en tono serio

- no creo que alguien muera por mi culpa- reí- ¿qué es lo que pasa?-

- La última vez yo...

- Min, no te preocupes. No necesitas decirme nada ¿De acuerdo?

Si, prefería un largo silencio a ser rechazada vilmente..

- no es eso, quisiera que terminamos esa plática- suspiró mientras se acercaba a mi oído y continuó- ¿O no quieres?

Mi corazón se aceleró, pude sentir el cálido aliento que salía de su boca cerca de mi oído y bajar a mi cuello, al igual que el escalofrío recorre mi cuerpo y sus dedos rozando mi cintura. No puede ser ¿Que era está sensación?

Una sonrisa salió de mi boca ¿debería ser tímida o talvez mostrar mi " verdadero yo" ? Aún no era momento...

- muy bien señor Min, me parece que tengo que ir a clase. Pero sería definitivamente encantador seguir la plática pendiente- y lo pensó... Él nunca había dicho nada de la respuesta... Aún había posibilidades de ser rechazada - solo, si lo que va a decir va a ser agradable para mí, porque no veo razones para ir si...

- te aseguro que estarás conforme con lo que pase- interrumpió sonriendo

- de acuerdo. Nos vemos al salir de clases
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El salón de clases estaba en completo silencio. Todos habían hecho una reverencia y regresado a sus respectivos lugares después de que el profesor cruzó la puerta. Las miradas pasaban de un lugar a otro y los susurros no sé hicieron esperar; todos estaban curiosos por la persona detrás del mayor, renuentes a apartar la vista de aquella capucha negra que parecía recia a mostrar la cara de quién estaba bajo ella.

-Buenos días chicos. El día de hoy se transfirió un nuevo compañero. Espero que sean amables y se lleven bien.- dijo mirándonos fijamente-  preséntate por favor.

El cuarto permaneció en un silencio que nadie se atrevía a romper, mientras éste se iba desvaneciendo por el sonido del calzado de aquel chico frente a nosotros.

Poco a poco, las manos se asomaron de las mangas , unos largos y delgados dedos se mostraron junto a unas venas marcadas. Sus falanges, subieron lentamente a su cabeza y sostuvieron fuertemente la capucha para bajarla.

El chico subió la cabeza lentamente y acomodó su cabello de un lado a otro con su mano, su cara cubierta con un cubrebocas y aquel arete en su oído que lo hacía simplemente llamativo, sus ojos marrones viajando de un lado al otro alrededor de aquel cuarto y el pequeño brillo de curiosidad en los mismos, esos que mostraban indiferencia a lo que sucediera cerca de él.

Mi mirada, no pudo alejarse de su presencia, lo examine de abajo hacia arriba asegurándome que lo que estaba viendo no pasara desapercibido; botas negras, pantalón rasgado y entallado, playera blanca más grande de la que él necesitaba y la sudadera negra que parecía llamar la atención más de lo creía. Un tatuaje que sobresalía de la manga , algo grande pero apenas perceptible por las mismas y el cabellos que ahora tapa la mitad de sus ojos.

Nuestras miradas se encontraron y un frio pareció recorrer mi cuerpo al instante en el que me dejó petrificada, el brillo que salía de ellos no me permitía apartar mi vista y mis manos parecían sudar por el nerviosismo. Mis mejillas se encendieron en un momento y me obligue a apartar la mirada de aquella que era profunda y que estaba carcomiéndome de una forma que no pensé que podía pasar aun cuando ese chico ni siquiera había dicho una palabra frente a la clase y había ignorado cualquier palabra que el profesor a cargo hubiera dicho.

Una sonrisa disimulada se asomó del chico frente a la clase y dio pasos tranquilos, mirando al piso y con las manos en sus bolsillos, guardando su aura misteriosa para el grupo entero, quienes mantenían la mirada fija en él. 

¿Y yo?

Yo solo me limité a seguir mirando abajo como si quisiera que no me viera, como si quisiera borrar su existencia junto con la sensación que me hizo tener en un segundo, definitivamente no era algo que hubiera experimentado.... O eso fue lo que intente, hasta que una sensación llego a mí, al igual que la persona que la provocó, quien se sentó a mi lado y que a pesar de su aura se puso la capucha, se recargo en la banca y me miró fijamente con curiosidad, asomando una pequeña sonrisa casi imperceptible.

- Hola ¿Cómo te llamas?- solté en un susurro con duda

- soy JungKook- respondió antes de darse la vuelta y ver por la ventana aún recargado en la banca.

In corpore et anima meaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora