Un enorme grito escapó de la boca de Jimin, su corazón latía descontroladamente y lágrimas brotaban de sus ojos. Sin pensar, dirigió su mirada hacia su pierna izquierda, pero una bata azul y delgada le impedía ver su herida. Fue entonces cuando se dio cuenta de que todo había sido una horrenda pesadilla... Un suspiro de alivio escapó de sus labios, y una sonrisa se dibujó en ellos.
A pesar de que todo había sido un sueño y el miedo ahora parecía lejano, la confusión y la incomodidad persistían en su mente.
Miró a su alrededor, explorando la habitación en la que se encontraba. Era espaciosa, con paredes blancas. A su izquierda, una amplia ventana dejaba entrar la luz del sol y mecía las suaves cortinas, tiñendo la habitación de un cálido color dorado.
La cálida luz golpeó su rostro junto con una brisa suave, llenándolo de paz.
Sin dudarlo, observó el cielo despejado a través de la ventana. Era como un lienzo perfecto, limpio y sin ninguna nube que lo empañara. Parecía una hermosa pintura en un museo de arte.
A su derecha, a pocos centímetros, había una pequeña mesita blanca con tres cajones verdes, junto a varios aparatos cuya función desconocía. La única puerta de la habitación se encontraba a varios metros de su cama.
No sabía dónde estaba, pero tenía la impresión de que era algún tipo de hospital.
Decidió levantarse para buscar a alguien a quien preguntarle por qué estaba allí. No entendía cómo había llegado ni por qué.
Cuando sus pies desnudos tocaron el frío suelo, un escalofrío recorrió su espalda, pero lo ignoró y siguió caminando hacia su destino.
"Todo fue solo una horrible pesadilla...", murmuró mientras llevaba una mano al pecho y sentía que su corazón agitado empezaba a calmarse.
Detrás de la puerta, escuchó pasos. Retrocedió un poco, esperando lo que vendría a continuación.
La puerta se abrió y un hombre entró. Tenía cabello azabache que caía a ambos lados de sus orejas y unos ojos rasgados. Su rostro parecía serio, y llevaba ropa elegante: una camisa negra impecable, pantalones de vestir y zapatos a juego. Su apariencia denotaba importancia y elegancia.
Detrás de él, dos personas más lo seguían. Un hombre rubio, de cuerpo robusto, con una camiseta blanca que resaltaba su forma física y unos pantalones que dejaban ver sus muslos trabajados. Tenía una expresión seria y dura. El tercero era un chico de cabello morado, claramente teñido. Llevaba una sudadera azul oscuro y jeans rotos, y su rostro era sereno y amigable.
—Park Jimin, ¿estás bien? —preguntó el hombre de cabello azabache, preocupado por los gritos que había escuchado momentos antes.
Jimin asintió, aunque no entendía lo que estaba sucediendo.
El hombre pareció darse cuenta de su confusión y sonrió amistosamente.
—Seguramente estás confundido. Te explicaré todo mientras recorremos el lugar. Ven. —Extendió su mano de manera amigable.
Jimin dudó por un momento, pero finalmente tomó la mano del hombre. Después de todo, estaba en un hospital, ¿verdad?
Cuando salieron de la habitación, Jimin vio un pasillo largo que parecía no tener fin. La decoración y los colores eran idénticos a los de su habitación, con ventanas, cortinas y paredes blancas. Todo parecía seguir el mismo diseño.
—Esto es un instituto —explicó finalmente el hombre—. Ayudamos a las personas que padecen amnesia. La amnesia es la pérdida parcial o total de la memoria, lo que impide recordar experiencias pasadas. Esto puede deberse a un accidente o a un evento traumático. Pero no te preocupes, en el Instituto Ocassio te ayudaremos a recordar todo.
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𝕬𝖒𝖓𝖊𝖘𝖎𝖆 | Park Jimin | Min Yoongi
Fanfic[Park Jimin sufre de amnesia, incapaz de recordar su pasado. Para recuperar sus recuerdos perdidos, es ingresado en una misteriosa institución. Pronto, eventos inexplicables empiezan a perturbar su estadía: apariciones espectrales, susurros inquieta...