𝐃𝐀𝐔𝐆𝐇𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐅 𝐓𝐎𝐍𝐘 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐊 𝟐.𝟎

iii.━━primer día de clases

Taylor estaba armando legos en su mesa de trabajo que Tony había instalado en el taller exclusivamente para ella, recientemente, en su cumpleaños número seis recibió sus primeras herramientas azules. Aún no las utilizaba ya que se sentía un tanto insegura respecto a como podría usarlas.

Tony intento orientarla y ayudarla, sin embargo, ella no lo permitió y le aclaro a todos que las usaría cuando estuviera lista. Nadie se opuso ante aquello, por lo que le permitieron seguir usando sus legos. Taylor no era una niña que llorara o incluso que se portará mal, le tomo casi un año poder pasearse por toda la casa sin tener que estar pidiendo permiso o sin tener que disculparse por algún ruido fuerte que hacía.

Pepper y Tony tenían largas conversaciones sobre eso. Les intrigaba y al mismo tiempo enfurecía. ¿Qué niño debía disculparse por disfrutar de su infancia? Era algo tan cruel e inhumano, que les revolvía el estómago.

—¿Qué haces, Tay? —una vez que terminó la estructura de un nuevo misil, Tony se acercó a la mesa de trabajo de su hija. En esta ocasión la temática eran castillos, la semana anterior se había tratado de autos voladores.

—Construyo un reino —respondió como si nada —. ¿Ya acabaste de trabajar papi?

—No, pero puedo tomarme un descanso. ¿Sabes por qué?

—¿Por qué?

Taylor estaba tan concentrada en la estructura de un nuevo castillo, que no noto la forma en la que Tony se acercó a ella hasta que ya la tenía sobre sus brazos y le hacía cosquillas al tiempo que la llenaba de besos; ella se removía entre risas, intentando alejarlo y gritándole a Pepper para que fuera en su ayuda.

—Porque soy el jefe y el jefe ama hacerle cosquillas a niñas de cinco años. 

Taylor se retorció en sus brazos hasta que grito que se rendía, Tony la dejo sobre el suelo después de besar una última vez sus mejillas. En ese momento ingreso Pepper al taller, con una sonrisa en los labios; ambos Stark le devolvieron el gesto y fueron a su encuentro.

La pequeña Stark salió corriendo en cuanto vio la mochila de Dora La Exploradora que Pepper llevaba consigo. Desde hacía unas semanas, tanto su papá como Pepper habían estado hablando sobre la escuela; Taylor se negó de inmediato, incluso hizo un berrinche de tal magnitud, que aguanto la respiración hasta que quedó inconsciente y no se volvió a tocar el tema... hasta ahora.

Subió corriendo las escaleras y se ocultó debajo de la cama, después de tomar su oso de peluche y se negó a salir, incluso cuando J.A.R.V.I.S. le dijo que en el congelador había un gran bote de helado de galleta y chocolate. Sus favoritos.
En algún punto se quedó dormida, por lo que a la mañana siguiente, despertó en su cama arropada y con el pijama azul de unicornio.

Los días pasaron y tanto Pepper como Tony, se encargaron de consentirla a más no poder hasta que ella accedió a ir a la escuela, claro que también influyo mucho el que Derek iría con ella al mismo grado y salón.
 
La noche antes del gran día, ella estaba muy ansiosa y despierta. Pepper secó su cabello después de bañarla y Tony la arropo después de cantarle su canción de cuna; Taylor veía fijamente el techo mientras se mordía el labio en gesto nervioso. J.A.R.V.I.S. tenía encendida las lamparas de conejo que tenía en su habitación para la noche.

—¿Señorita Stark, sigue sin poder dormir?

Taylor se quedó en silencio por unos segundos, como si temiera que pronto fuera a descubrirla Tony.

—Tengo miedo, J.

—¿Por qué?

—¿Y si me odian en ese lugar? ¿Qué pasa si Derek tiene otros amigos y ya no quiere estar conmigo de nuevo?

La IA cambió el color de las lamparás por un azul tenue, Taylor se sintió más tranquila. Después de su cumpleaños número tres, ella se encontró fascinada por dicho color, la hacía sentir en calma y tranquila, ya que le recordaba al azul del cielo de Malibú, su hogar y lugar seguro.

—No creo que alguien pueda odiarla, señorita Stark y definitivamente, no es probable que el joven Rhodes ya no quiera estar con usted. Son mejores amigos, ¿cierto?

—Algún día me casaré con Derek. —ella afirmo y siguió platicando con la IA hasta que esta puso música relajante y ella se quedó completamente dormida.

La mañana siguiente, Taylor sujetaba con fuerza la mano que Tony le brindaba. Estaban frente al edificio de la escuela, era enorme y habían muchas personas. ¿Y si se olvidaban de recogerla?

—¿Lista bebé? —ella miro a Tony, que le guiño un ojo. Taylor negó con la cabeza y retrocedió unos pasos, sin soltar la mano de su papá —. Te acompañare hasta tu salón de clases y vendré por ti a media mañana.

Eso no la convenció del todo pero sabía que no tenía de otra, por lo que camino con su papá hasta el salón, donde su tío Rhodey estaba de pie con Derek, ella corrió a encontrarse con su mejor amigo y le dio un gran abrazo.

—¿Lista helado de vainilla?

—Estoy lista, helado de chocolate.

Se tomaron de la mano y entraron juntos, dejando a sus respectivos padres atrás. Los cuales sonrieron al verlos entrar con confianza.

Durante el descanso, Taylor y Derek corrieron a los columpios, donde tomaron turnos para que uno pudiera empujar al otro. Se estaban divirtiendo mucho, hasta que la pequeña Stark empujo de lado a Derek y este chocó con el niño del columpio de a lado; ella se llevó las manos a la boca y la tapo, mientras abría mucho los ojos.

—¿Estás bien? —preguntó Derek, bajándose del columpio y acercándose al otro niño. Taylor también se acercó a ambos y tomo la mano del otro niño, ya que sus dedos habían quedado en el medio de ambos columpios cuando chocaron.

El niño retuvo las lágrimas y observó a Taylor, que le hacía caricias en sus dedos.

—Gracias... —le dijo en voz baja, en ese momento una niña de cabello rojo llego con dos jugos en la mano, los observo y después frunció el ceño.

—¿Charlie estás bien?

Taylor soltó la mano del niño ahora conocido como Charlie y se disculpo. En verdad no quiso que aquel pequeño accidente ocurriera.

Hola bebés preciosos. Estamos de vuelta, perdonen la demora; esto de ser adulto apesta.