Gabriel Cavill.
Soul Wayne.
¿Cómo llamarlo? Almas gemelas desiguales, la contradicción más caótica, espejos que no se ven entre sí, hasta que se rompen.
Se escuchaban pasos acercándose a la puerta de mi habitación de forma apresurada por las escaleras que daban al primer piso.
-¿Soul? ¿¡Aún estás en la cama?! Por dios levántate de una vez, llegarás tarde a tu primer día de Instituto, y ya lo que te faltaba, venga, ¡¡¡TIRA A VESTIRTE!!!-
(Ese era mi hermano mayor, un chico de metro setenta y seis, con pelo castaño liso, ojos claros y una mirada que habría hecho que un cantante de heavy metal se quedase con la misma voz que un gatito recién parido.)
-Voy, voy, relájate por favor, ajh.-
Me incorporé con pereza, y me froté los ojos, había dormido como la mierda.
Me puse las zapatillas de andar por casa, y me fui al baño a darme una ducha de agua caliente antes de vestirme.
Era mi primer día sí, pero no llevaba nada que no fuese lo habitual. Me da pereza describiros como iba vestida, así que os dejaré una foto aquí abajo y seguiremos con la historia.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lo sé, la calidad no es muy buena, pero, por dónde íbamos?
Ah sí.
Mi primer día de clases.
Prosigamos.
Me encontraba ya vestida, me había lavado los dientes, había hecho la cama. Olvidaba algo? No, o sí? Qué podría ser???
Ah, ya recuerdo.
La jodida mochila.
Esa cosa que nos hacen llevar para que nos quedemos sin columna a los 18 y así no podamos trabajar ni cobrar pensión.
Esa mierda.
Agarré la mía, con estampados de Hello kitty y chapas de mis animes y grupos de música favoritos, y me dispuse a salir de casa.
No sin que mi hermano hablara antes.
-No quieres desayunar nada para las pastillas?... Te sentarán mal, no quieres al menos una fruta, algo-
-NO, DÉJAME YA CON ESO DIOS!!
Cerré la puerta, azotándola, haciendo que las paredes temblasen un poco.
Cada vez que me hablaba de ese tema me enfadada muchísimo, y no controlaba como le hablaba.
Ya le pediría disculpas después.
Bajé las escaleras de la entrada de la casa, y salí pero el portón de barrotes de metal, donde fuera de este, ya me estaba esperando mi mejor amiga para ir a clases.
-Hola Iria.
-Hola nubecita. ¿Y esa cara? ¿Has vuelto a pelearte con tu hermano?
Me miró con los ojos más acusadores que había visto nunca.
Suspiré y me calle para solo alzar los hombros en señal de "no me importa" y entrecerrar los ojos, a lo que ella apartó la mirada.
Iria -Bueno, lo que tu digas, vamos, llegaremos tarde.
08:12 a.m
A esta hora los lunes toca Biología, y el profesor siempre llega tarde, así que aprovecharé para hablaros de mi apariencia, y la de mis amigos. A los que ireis conociendo a lo largo de la historia: