Y ahí estaba yo, frente a las enormes puertas de la prestigiosa escuela privada a la que había ingresado.
Y de la cual no recordaba ni el nombre, por cierto.
-Bien... Allá vamos...- Pensé casi en voz alta.
Al momento ya me estaba adentrando en los inmensos pasillos de la institución, atestados de gente por todos lados.
Qué desagradable.
Mirase dónde mirase, había grupos de adolescentes, era obvio que era un Instituto como todos, con niveles de popularidad, solo que aquí todos son ricos.
O tienen algún especie de Don de película por el que la escuela mataría para instruirles en la vida.
Cosa que dudo bastante, a juzgar por los catetos que tienen. (Eh, solo soy sincera.)
Sonó el timbre, uno lo suficientemente desagradable para sacarme de todos mis pensamientos y hacer que mirase a los cientos de alumnos encaminarse por los pasillos, que, desde mi perspectiva, ahora mismo parecían infinitos.
-Primer reto del día, encontrar el aula de Matemáticas. ¿Estoy en un sueño? Porque si es así, que alguien me pegue un guantazo y me despierte.-
Esto lo pensé en voz alta, y la verdad, no me arrepentía de que los idiotas que pasaban a mi lado me mirasen con cara rara, probablemente pensando que era un bicho raro indigno de oler su perfume de Channel de 6.000 pavos.
¿He mencionado ya que mi marca favorita es Gucci?
Prosigamos.
-EH!!!- Alguien gritó a mis espaldas, no me asusté, pero me quedé con las ganas de echar a correr para evitar una posible persona molesta.
Miré lentamente hacia atrás, poniendo una cara más seria que de costumbre, si esque eso era posible -¿Qué?- Hablé. Por Dios, a este paso no haré amigos.
-¿Tu nombre no será de casualidad Soul, no?- Me observo atenta, pero no por interés genuino en mi nombre, sino como alguien que había tenido que formular esa pregunta al menos 17 veces en lo que llevamos de mañana.
Exactamente 24 minutos.
-Sí.- Suavicé mi mirada -¿Por qué?- No sabía quién era esta tipa, pero por algún motivo me buscaba a mi. O a otra estudiante llamada Soul que casualmente fuese nueva también. Vaya, pues no, parecía que si era yo cuando sus ojos se iluminaron.
-AL FIN!!- Dijo esto con un deje de frustración en su voz, a lo que esboce una leve sonrisa. Una que al instante desapareció.
-¿Necesitas algo? Cómo puedes imaginar, soy nueva, y tengo que encontrar mi clase de matemáticas en los próximos 8 minutos si no quiero tener una falta en mi primer día de clases-
-Sí, sí, sí necesito algo, de hecho, te necesito a ti- Me miró y sonrió de oreja a oreja. -Soy Iria, tu compañera de clase, y tu guía para tu comienzo en el Instituto. Cabe decir que probablemente nos perdamos aún así, pero hey, al menos no te perderás sola!-
No sabía si reirme o llorar cuando me agarró del brazo y tiró de mi hacia una de las escaleras. Subimos hasta el 4º piso del edificio (vaya, si, es enorme este sitio) y fuimos al pasillo de aulas clasificadas para matemáticas avanzadas de último curso de secundaria.
-Esta debería ser nuestra clase- Dijo. Me solté de su agarre y eché un vistazo al móvil, quedaban 3 minutos exactos para que sonase el timbre de nuevo.
-Bien, entremos entonces-
Dije, sin mucho ánimo de seguir nuestra conversación fuera. Esa chica me había caído bien, pero sería mejor hablar en la hora libre y no arriesgar a que uno de los maestros me odie desde el primer día.Entramos a la clase, y nos sentamos en dos mesas del lado izquierdo, que daban a una de las ventanas. Desde allí se veía todo el campus, solo falta que jueguen Rugby e iré a preguntar si puedo compartir habitación con el capitán del equipo.
10 minutos después, ya estábamos dando logaritmos en la pizarra, aunque realmente nadie le prestaba atención al pobre profesor, que tenía más bien pinta de perdonarte si le tirabas una silla.
En ese momento, el señor Terrence, dejó su divertidísima explicación para dirigirse a dos chicos sentados al final de la clase.
-Darius, se que vosotros no necesitáis explicaciones para una buena nota de mi materia, pero estaría bien que me dejes explicar al resto de tus compañeros, sin estar gritando y golpeando a tu compañero- Miró al otro chico, que tenía la cabeza apoyada en los brazos, cruzados sobre la mesa. -Por favor joven, deje de dormir y al menos haga parecer que escucha. O que está vivo...-
-¿Ves? TE DIJE QUE NO TE DURMIESES, RANCIO. VAMOS MACHO.-
El chico que parecía llamarse Darius, agarró al otro de la espalda y lo empezó a Zarandear. Vaya que eran dos elementos estos tíos.
-Ya ya, para cabrón, ya me levanto.-
En algún momento de ese instante, estaba en situación de que un chico de ojos azules y yo cruzamos miradas. No fue como de libro. La verdad, me preocupaba más el qué pudiese pensar al levantar la cara de la mesa y ver a una chavala nueva mirándole como una escultura.
Aunque la verdad, no tenía mucha diferencia de un Dios griego...
-Parece que ya conoces a esos dos, no tendré que explicarte nada, ¿No?- Iria me dijo, partiéndose de risa como si fuese cosa de todos los días lo que acababa de ocurrir. -Luego te los presento, nos llevamos bien. Serás popular tu primer día, desde ahora seremos mejores amigas.- No se por qué, pero está chica me caía cada vez mejor.
-Está bien traga aviones- Le dije, sonriendole también.
-Oye, no es mi culpa que necesites tomar más leche para crecer, bebita que va a último curso. Por cierto, parece que ya le has echado ojo a Gabriel, ¿Eh? Debo decirte, que no es nada fácil llamar su atención. Solo como dato...-
Miró hacia los lados y se empezó a reír, mientras mis mejillas tomaban un leve tono rosa.-Ni de broma. Esto no es una peli, Iría, será mejor que dejes de alucinar.- Le dije, volviendo mi mirada al cuaderno. Me daba rabia admitir que no me molestaría que fuese más que una alucinación suya.
-Pues yo creo que...- susurró algo, pero no llegué a escucharla bien.
-¿Qué has dicho?- Dije, sin apartar la mirada del cuaderno.
-Nada nada, que luego hablaremos con ellos y ya tendremos grupito, ya verás, nadie se atreverá a meterse contigo! Aunque creo que con esa mirada, no lo harían ni aunque estuvieses sola JAJAJAA-
La miré y reí, este iba a ser un año interesante.
¿Por dónde iba con el dibujo que estaba haciendo?
Si, lo sé, la mejor forma de empezar mis apuntes.
Ahora sí, ¿Por dónde iba?
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Reflect On You ♥︎
Non-FictionGabriel Cavill. Soul Wayne. ¿Cómo llamarlo? Almas gemelas desiguales, la contradicción más caótica, espejos que no se ven entre sí, hasta que se rompen.