IV

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Había salido recién del hospital, ya que al salvar a ese chico termine con puntos en el brazo por una piedra que se me incrustó bastante profundo, pero no me arrepiento, al principio había pensado que era un suicida de esos que les vale todo, no los juzgo, todos tenemos razones para todo, pero aun así nadie quiere ver como un tipo se intenta matar delante tuyo, así que deje mi moto abandonada en mitad de la calle y corrí para empujarlo al otro lado, la mejor puta cosa que pude haber hecho en mi vida, ese chico era etéreo, su cara después de empujarlo me dejó hipnotizado, sus labios gruesos,su pelo negro despeinado por la caída, sus ojos que me veían con una expresión de miedo y confusión, parecía irreal en ese momento intenté disimular un poco el haberme quedando como weon viéndolo y le empecé a gritar que tuviera más cuidado, pero me sentí un idiota cuando de su mochila saco unas tarjetas y me la mostró, era sordo, eso explicaba el por que no se había corrido cuando le grite, ni escuchado la bocina del auto, ni ahora cuando le estaba gritando, sentí mi cara volverse roja y escribir en mi celular lo que le quería decir, después de eso llego la Ambulancia y nos subieron a ambos, exagerados creo yo, solo tenía un corte el el brazo que en unos días iba a estar curado pero no me quejo, así pase mucho más tiempo con ese ángel, en el hospital no podía parar de mirarlo, su belleza era tan adictiva que si despegaba solo un segundo mis ojos de él sentía que algo me faltaba, se me olvido hasta el hecho de que es sordo ya que intente hablarle unas cuantas veces sin éxito mientras me curaban el brazo, en uno de esas caídas de cuenta que no me escuchaba decidí tomarme una foto a escondidas, si no lo vuelvo a ver al menos tendré ese recuerdo de su existencia, decidí no volver a hablarle o siquiera intentarlo, se veía bastante nervioso mordiendo sus carnosos labios y moviendo su pierna demostrando ansiedad, pero derrepente lo sentí sacar algo de su mochila y escuche el sonido de una hoja siendo rasgada,lo mire directamente y estaba escribiendo algo en el papel, sintió mi mirada por que sus mejillas se pusieron de un rojo intenso, lo vi doblar el papel y entregárselo nervioso, sus manos tiritaban y no podía ni mirarme a los ojos, este chico era tan tierno sentí que podía morir de ternura en cualquier momento, al abrir el papel me había preguntado mi nombre, no dude en escribirlo y preguntarle el suyo, cuando sentí que habían terminado de curar mi brazo escribo mi número en el papel y salí del hospital, hubiera sido mas fácil haberle pedido el número pero su cara estaba tan roja que sentí que podría explotar y no quería se ríe causante de la muerte de un ángel, después de salir volví al lugar donde había dejado tirada a mi chica, mi moto estaba en la vereda contraria, seguro alguien la movió para no intervenir con el tráfico, más le vale a ese mal nacido que no tenga ni un rayón por que si no se las vera conmigo, mientras la revisaba algo distrajo mi atención, había un peluche botado en el suelo al lado del camino, parecía un perro bastante tierno, lo había visto en la carcasa del celular de jimin cuando estaba hablado por el, seguramente era suyo, no lo pensé mucho y lo enganche en el llavero junto a las llaves de mi moto, ahora tenia una excusa más para volver a encontrarme con ese ángel con tendencias suicidas, una vez revise toda mi motocicleta y no encontrar ningún rasguño ni nada volví a poner marcha a mi universidad, le debía una explicación a jin hyung antes de que le explotara una vena

Había salido recién del hospital, ya que al salvar a ese chico termine con puntos en el brazo por una piedra que se me incrustó bastante profundo, pero no me arrepiento, al principio había pensado que era un suicida de esos que les vale todo, no l...

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