Capitulo 1

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La Cuarta Guerra Mundial Shinobi no finalizaba y el Tsukuyomi Infinito se había realizado a intermedias pues aún seguía sin soñar el Equipo Siete los cuales acabarían esta Guerra con una batalla final contra Madara y Zetsu: saliendo de la pelea mal heridos Sakura y Kakashi quienes fueron alejados del confrontamiento gracias a un Brazo de Chakra de Bestia con Cola del rubio. Por su parte los niños de la profecía continuaron batallando por unas extensas siete horas más, inservibles e ineficientes. En un momento de la pelea Madara con un inmensurable poder hizo chocar al dúo contra el suelo, dejándolos moribundos pero no rendidos hasta acabarlo.

— K-k- ¡dale Dobe! — se lamento Sasuke, el pobre justo estaba en altura considerable y Madara lo arremetió contra un suelo rocoso y puntiagudo.

- ¡Q-qué crees que intento!

Grito Naruto enclenque e incierto de su destino. Los dos se miraron y asintieron con la cabeza a la unanimidad corrieron frenéticos para ultimar al Jinchūriki del Diez Colas, sin embargo fue en vano ya que Madara los impidió por nonagesima séptima vez tirándolos a una montaña feral. Consternados pretendieron ponerse de pie no obstante no podían por el dolor y lasitud. Las llamas del Modo Kurama comenzaron a deteriorarse poco a poco.

- Dobe tengo al-go que confes-sarte

Hablo el Uchiha derrotado en las duras rocas. Volteando su débil cabeza con dificultad hacia el rubio quien también estaba tirado. Sonrió con la sangre recorriendo su barbilla, tenia algo que confesar antes de morir por su propio abuelo.

— Q-que es Sasu... Ke— contesto Naruto mirando a su amigo del alma, ¿qué quería confesar? Nunca escucho esa palabra por el pelinegro.

Mientras en otro lado, la ojiverde y el peliplata cayeron en el gentjutsu por exponerse culpa de una Gudōdama del Shinobi Legendario, él sí supo la ubicación de ese par gracias a su aguda habilidad sensorial y el pensar que seguían despiertos lo incomodo.

— Naru- te quie...— iba a confesar el ojinegro aquejado — ¡¡NOOOO!!— irrumpió Kurama tan atronador que se escucho por fuera de la panza del Uzumaki. Sasuke puso una cara rencorosa, sus últimas palabras eran las más importantes... Se acerco abatido al rubio que estaba asqueado y que se alejaba conforme avanzaba Sasuke a él — ¡Curame!— pidió irritado el pelinegro escupiendo a un lado mientras aferraba su deltoides lateral herido y desengrado. Naruto se acerco a curarlo sin verlo... Solo que algo peor sucedía. Los horrorosos gritos de Madara se oían, el par giro su cabeza aterrados ante tal agonía y observaron como una mano negra le atravesaba el corazón, el sujeto agonizaba en dolor empezando a deformarse en una gran masa de chakra la cual quería convertirse en algo raro y sin forma... Aun.

Sasuke y Naruto dejaron lo que hacían y volaron a embestir esa cosa deforme pero una onda expansiva los dejaba nuevamente como largatijas en el terreno atestado de rocas, se sentaron con pocas fuerzas. Viendo a la masa desordenada transformarse en una joven mujer de tez pálida, cabello blanco un poco plateado, ojos perlados como los Hyūga y de su cabeza salían dos cuernos parecidos a los de un conejo. Vestía un ancho kimono con bordes morados y amarillos. Sonrió malvada al ver la luna sangrienta, su retoño lo logro.

— Es ella Sasuke— dijo Naruto acordándose de la apariencia descrita por Rikudō Sennin ¿esa era su mamá? Vaya que la mujer era una milf un tanto extraña pero lo seguía siendo sin importar que.

(¡Oye es mi abuela idiota!)— le irrumpió el Kyūbi esos sucios pensamientos del rubio hacia su abuela. No permitiría tampoco que vinieran con marranadas en medio de la guerra.

- (Ya, ya Kurama... ¡¿Qué, tu abuela?!)

Grito internamente Naruto avergonzado y pasmado. Se le olvido que su Bijū-yin puede saber lo que piensa y dice... Pero la ser era... mmmh. — ¡PENDEJO TE DIJE— comento harto el Kitsune. Naruto meneo la cabeza a los lados para quitarse esas ideas excitantes y lujuriosas.

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