Tratos desesperados

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Sauron.

Tierra año 2126.

Era increíble ver como todo se puede ir de mal, a una mierda total en solo unos pocos meses.

Después de darle los recursos que un muy posible psicópata necesitaba para eliminar a la competencia de Cesar y que el loco obtuviera su venganza al mismo tiempo.

Ahora Cesar no podría estar mas arrepentido de sus acciones, 26 millones de muertos, eso fue lo que la corta guerra entre barias empresas y sus arcologias se cobró. Los números de muertos aun seguía ascendiendo mientras mas días pasaban y mas cuerpos encontraban los grupos de rescate. 

Ahora. Cesar estaba parado frente a uno de los viejos muelles olvidados por el ser humano hace muchos años atrás, después de que los mares se volvieron demasiado ácidos como para comprometer el transporte marítimo al invertir tanto dinero en las reparaciones de los barcos, como para que ese tipo de comercio se volviera contra producente.

En medio del muelle, se encontraba una enorme pila de basura y contenedores que nadie se molestaba en investigar por el peligro de contraer una fuerte infección, con un simple corte de cualquier metal oxidado era casi una sentencia de muerte segura. Claro, siempre y cuando no pudieras acceder a recursos médicos decentes, recursos que por desgracia la mayoría no tenía acceso, pero esa no era la cuestión.  

Cesar había entrado en uno de los muchos almacenes abandonados del lugar, que por puro milagro estaba lo suficiente mente lejos de la zona de guerra. El sonido chirriante de la puerta de metal resonó por todo el interior del almacén, Cesar tenia pensado gritar el nombre del desgraciado que lo había usado para provocar tal genocidio con su ayuda, pero las palabras no pudieron salir de su garganta la ver el cuerpo colgado en lo alto del almacén.

El cuerpo del hombre estaba suspendido por barias cuerdas de metal, estaba desollado, las costillas de la parte de su espalda parecían estar abiertas y sobresalían por debajo de sus axilas, y la piel que se le había cosido sobre esas costillas le daba la forma de una retorcidas alas como en las fotos de los extintos murciélagos     

Hazumacorps, una de las mas grandes corporaciones que se había extendido por todos los continentes. Su influencia se extendía desde la antigua asía, ahora conocida como área 15 hasta los confines de las otras 38 áreas designada como dominio de ciertas super empresas que conformaban el gran conglomerado; estaban en el puesto 13 de las empresas mas poderosas tanto económicas como militares del mundo. Pero ahora todo se había derrumbado, la ciudad 13 era la ciudad arcología mas nueva y el centro de poder de la corporación Hazumacorps en el continente americano y ahora todo no era mas que escombros, el líder de la empresa estaba muerto junto con todos los trabajadores que estaban en la torre y ahora el heredero de la empresa estaba colgado y agonizando dentro de un almacén olvidado por dios. 

Este lugar era la ultima localización que sabia de Juan, el mejor hacker que existía en el bajo mundo y ahora sabía que no debió venir.

"¡Bastardo! ¿porque...?" Cesar gritó al entrar en el enorme almacén, pero el dejo de hablar al ver la brutal escena frente a el.

"Hoo, por fin llegaste" Juan estaba semi desnudo en la oscura profundidad del almacén. Las únicas prendas que el tenia eran unas bermudas cuyo color original era imposible de saber pues estas estaban empapadas en sangre como el resto del cuerpo del chico.

"¿Que?, actúas como si vieras a un fantasma, por favor solo no vomites como los hizo el marica de Oliver" Juan decía mientras acomodaba lo que parecían eran dientes con trozos de carne aun incrustados en ellos. 

Cesar no pudo mas y empezó a vomitar y vomitar, después de un par de minutos el se logró reincorporar y hablar "Sabía que estaba mal de la cabeza.... pero ahora veo que en realidad estas mas que enfermo."

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⏰ Última actualización: Jan 17, 2023 ⏰

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