Capítulo 67

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[Félix rodó por la tierra mojada sin saber que el chico de ojos oscuros lo había salvado de una muerte aplastante...]

-Vaya, parece que no eras tan ágil como pensé...mi error- le ofrece su mano para ayudarlo a levantarse - límpiate, si es verdad que vienes por "negocios" nadie te hará caso luciendo como pordiosero -

Diablos me duele la cabeza...esto es,¡¿Sangre!?, Perfecto lo último que me faltaba.

- Muévete - Félix rechaza su mano y se pone en dirección al centro del pueblo

(William se incorpora y lo sigue)

- Un gracias no te mataría, esa carreta sin embargo lo habría hecho en un instante, pero que va no fue nada - Sonríe, pero Félix ignora su gesto y sigue caminando - ¿Qué le pasó a esa actitud traviesa de hace rato, eh?, Probablemente sea toda la tierra que comiste, ja!, Mírate...

- Suficiente, no estoy de humor para tus burlas, si quieres un agradecimiento ten - le da unas monedas de plata - ahora lárgate

- Oh, no te pongas así solo quiero subirte el ánimo, aunque lo único que se te subió fue la sangre, vamos a limpiarte - lo lleva a la fuente de la plaza

- Gracias - murmura

- Perdona, ¿Qué dijiste? - ríe - Creo que se me metió tierra a la oreja...

- No lo voy a repetir, déjalo ya me tengo que ir - Félix se marcha dejando al joven William lleno de curiosidad sobre el misterioso rubio

Vaya que molestia de chico, ni de juego me lo llevaré con nosotros, todo pasó muy rápido...

Ni recuerdo cómo es que llegué aquí, el aroma pestilente de la taberna me da náuseas, solo puedo pensar en mi  padre, su risa incontrolable mientras arrojaba las botellas contra el piso, mi hermana solía prenderse de mi hombro...esto es un asco, necesito buscar un lugar para pasar la noche.

- Hey mocoso!!, ¿no quieres ganarte unas monedas? -

- Miren a la princesita, ¿estás perdida?

- Ven con nosotros, te la vas a pasar bien, anda...

• ────── ✾ ────── •

Una vez mi padre me llevó de caza, tal vez pensó que sería un gran momento de padre e hijo, mi inocencia no sabía para que un padre llevaría a su hijo de 7 años al bosque, tal vez en busca de un río, setas o algo por el estilo...pero frente a mí yacía en un baño de sangre aquel ciervo, ví aquel breve momento de vida que aún brillaba en sus ojos. Mi padre me obligó a sacarle estos alegando que daban suerte...

Me sentí como el siervo, solo que esperaba a alguien que viniera a sacar mis ojos y tuviera la suerte que yo no tuve.

Estos hombres, corpulentos y fétidos me tomaron por detrás tirándome de nuevo al fango, la sangre volvió a correr por mi frente pero les es irrelevante, traté de levantarme pero el más grande me empujó y caí de nuevo está vez sentí como mi espalda rugía ante esa caída, mi cabeza solo daba vueltas, no podía seguir. Sería lo mejor, desmayarme o morir antes de que sea peor.

Siento unas manos sudorosas por mi vientre, jamás había estado tan asqueado en mi vida, mi pantalón comienza a descender mientras el "hombre" más escuálido me golpea la cabeza contra el suelo...

- ¿Qué se siente niño bonito?, ¿Te gusta no es así?, Puedo verlo en tu bonita cara - ríe histéricamente - mira yo antes era igual de apuesto que tú, incluso más pero mírame ahora cubierto en heces y sudor, pero no te sientas mal haré que seas igual a mí-

Frío...solo puedo sentir frío, la cuchilla contra mi piel, me llena de una sensación de vacío como si ya estuviera muerto. Solo puedo ver unas gotas de sangre resbalarse por mi barbilla.

- Está vez te luciste Arnold, pero es una lástima desperdiciar tan bella figura, ¿No lo creen? -

Justo cuando el hombre comenzaba a desprenderse de sus harapos una bala atravesó su pecho, los otros dos cobardes huyeron cuál ratas.

- No puede ser, dos veces en un día, amigo mío tienes una suerte - William me toma entre sus brazos y me ayuda a levantarme - Siéntate -

Con la poca fuerza que me queda veo como se quita su abrigo y me cubre con el...

• ────── ✾ ────── •

Despierto en un camarote, no tenía mal aspecto, todo estaba ordenando, limpio...en paz, en mi intento de levantarme siento una punzada horrible en mi pecho, el recuerdo de la pesada noche regresaba a mí como un escalofrío.

Salgo a cubierta, cojeando, la brisa húmeda me cubría, mi "salvador" jugaba en el timón como un niño pequeño que finge ser pirata...

- Milagro, sigues aquí, te queda bien - señala mi rostro - te hace ver un tanto imponente...Oye, la verdad me asustaste anoche no sabría que hacer con más de un cuerpo - me guiña

- ¿Podrías bajar de ahí?, Me mareas - me siento en uno de los barriles mientras me acomodo el vendaje

- ¿Nada mal para un pescador verdad?, Recuerdo la vez que me corté tratando de escamar una breca, mis vendas estaban muy flojas pero parece que ya aprendí - William se recarga en la orilla del navío

- No quiero aumentar tu ego...- giro para verlo

- No me agradezcas, al contrario llevaba tiempo esperando la oportunidad para deshacerme de ese desgraciado, más que merecido se lo tenía- Will se acerca y se inclina hacía mí -relajando las aguas, no conozco tu nombre ricitos...

- Soy Félix -


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