Capítulo 15

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Se podría decir que fue Jeon Jungkook quien más sufrió para convertirse en Idol. A los trece años, cuando ingresó a la empresa para prepararse, apenas era un niño; el estrés físico y mental que soportó fue demasiado, pues incluso antes de ingresar a la empresa él ya participaba a cursos de canto y baile. Sin embargo, a Jungkook poco le importó y siguió adelante a pesar de que hubieron días donde el arrepentimiento de sus decisiones lo desanimaron.

Cuando quiso divertirse como un niño de trece haría, no pudo, sus horas de entrenamiento se lo impidieron. También necesitó socializar con personas con sus mismos gustos y actitudes, pero su empresa se lo impidió.
A veces quiso tener una amiga, una novia a la cual mimar o presumir, y como era obvio, eso fue imposible.
En momentos como esos, que lo hicieron sobrecargarse de malas vibras, papá y mamá siempre estuvieron para él. Pero Jungkook era un buen hijo, y realmente fueron pocas las veces que buscó de ellos. Él evitaba preocuparlos o hacerlos sentir culpables por apoyarlo en un proyecto tan difícil.

A lo largo de los años aprendió a  refugiarse en el único lugar que la vida le concedió: sus amigos de grupo. Al inicio fue difícil confiar sus penas y amarguras a seis desconocidos, se sentía equivocado y fuera de lugar, como un niño débil entre adultos fuertes. Jungkook veía que ellos la pasaban mal también, pero lastimosamente reconocía lo menos dificultoso que para sus amigos seguir adelante. Eso lo hacía sentir peor, pequeño, como un bebé que no está listo para caminar sobre sus pies.

Poco a poco abrió su corazón, poco a poco logró encontrar la confianza que tanto buscó para poder hablar de sus sentimientos sin sentirse avergonzado. Y él pudo percibir ese cambio, su actitud cambió, con el tiempo dejó de sentirse el niño que todos veían con misericordia, y pasó a ser el pequeño que todo lo podía.

Jungkook sabía, luego de años junto a sus amigos, a quién todos apuntarían si trataran de elegir a su mejor amigo confidente: Kim Namjoon, y aunque no estaban tan lejos de la realidad, seguía sin ser él. Porque la persona en la que llegó a confiar más que el resto fue Park Jimin, el tonto que no lo dejaba solo en ninguna circunstancia.

Kim Namjoon fue su primer amigo del grupo, con el que más entró en confianza y a quién llegó a admirar más que a nadie en el mundo, ya sea por comportarse como un padre, ya sea porque poseía un carisma único al presentarse en el escenario. Namjoon era todo lo que Jungkook soñaba ser. Y fue justo eso el porqué Jungkook no podía contarle absolutamente todos sus problemas e inseguridades a Nam, la verdad era que a Jungkook le costaba mostrarse débil ante el rapero, y dependiente de él.

Pero cuando Jungkook y Jimin empezaron a conocerse a fondo, la historia cambió totalmente. Si con Namjoon sentía nervios contando sus inseguridades, con Jimin era paz, hablar con Park Jimin era como vaciar sus males en un mar de aguas tranquilas.
Jimin era un amigo y hermano a la vez, incluso más, podía bromear con él, faltarle el respeto, ser vulgar, podía ser él mismo sin sentirse cohibido e inferior.
Jimin tenía una facilidad sorprendente para hacerlo sentir como en casa, a Jimin siempre le bastó una sonrisa, un jugueteo tonto, un chiste agrio y una larga charla motivadora para hacer de Jungkook un muchacho despreocupado.

En pocas palabras, para Jungkook, Namjoon era como un padre, y Jimin como un amigo al que consideraba un hermano, que no es lo mismo que un hermano al que se considera amigo. O al menos así era para Jeon Jungkook.

En efecto, cualquier persona inteligente notaría el afecto entre los dos amigos  con solo observarlos. Como ahora que Jungkook cumplía dieciséis, Jimin era el único que podía consolarlo y, lo más importante, el único que lo conseguía.

Triste en su habitación Jeon Jungkook se encontraba, en menos de media hora tenía que aparecer en cámaras y era lo último que quería. Extrañaba a sus padres, anhelaba tanto celebrar su cumpleaño junto a sus familiares. No quería celebrarlo delante de miles de personas desconocidas.

Dramático | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora