s i e t e

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Omisente:

Poco menos de un mes había pasado, la casa ya estaba casi construida, pocas cosas eran las que faltaban, pero el avance era enorme.

Durante ese tiempo los Madrigal pudieron acostumbrarse a ya no tener sus Dones, lo cual a Tania le transmitía un poco de Paz. Conforme los días Pasaban Carlos y Tania habían formado una gran amistad, para ellos había sido realmente fácil encajar entre ellos, la frase “Es como si nos conociéramos de toda la vida” aplicaba muy bien en ellos.

Ese día sería el último que la familia Madrigal pasaría con la señora Rosa, por lo cual ellos estaban totalmente agradecidos con ella, pues los dejó quedarse por demasiado tiempo, hospedándolos como si fueran su propia familia.

Pepa: ¡Niños vengan a comer!

Los primos Madrigal salieron de la habitación adormilados, puesto se habían desvelado contando historias y actuándolas, y los adultos sabían, puesto escucharon sus risas toda la noche.

Félix: Niños se portaron muy mal, le deben una disculpa a la señora Rosa.

Rosa: No tranquilos, no hay problema, Son niños y es hermoso escuchar como se divierten, además, pude dormir sin problemas.

Tania: Adópteme Señora.

La abrazo mientras que la mas grande reía aceptando su abrazo, dejando a pequeños golpecitos en su espalda.

Todos se sentaron para Comer, lo cual animo bastante a Camilo. Todo el desayuno transcurría con normalidad hasta que llego el momento que nadie esperaba, el de tomar la última empanada que había, de inmediato las miradas asesinas de Tania y Camilo se hicieron presentes.

Ambos se apresuraron a tomarla, pero al hacerlo al mismo tiempo comenzó la pelea, ya que ninguno quería soltarla.

Tania: Camilo suéltala.

Camilo: Suéltala tú.

Comenzaron a tirar de un lado a otro la empanada, sin tanta fuerza o si no se rompería.

Tania: Camilo tu ya te comiste seis, Camaleón inmundo.

Camilo: Pez hediondo.

En un momento desprevenido Antonio tomo la empanada y se la llevó a la boca, comiéndosela el. Camilo y Tania lo miraban con sorpresa y decepción.

Camilo: ¡Antonio no puedes hacerle esto a tu hermano mayor!

Pepa: ¡Ya basta! Mejor recojan sus cosas ahora.

Sin decir nada se levantaron otra vez hacia al cuarto, cerrando la puerta detrás de ellos.

Los chicos se encontraban recogiendo sus cosas del cuarto, puesto que ya no volverían a dormir ahí, por supuesto que estaban felices de regresar a sus cuartos, pero también iban a extrañar ese lugar, donde pasaron muchas noches riendo, haciendo Pijamadas, o escuchando los chismes que Dolores les contaba.

Dolores: Debemos de asegurarnos que el lugar quede como nuevo.

Camilo: Pides mucho, ofreces poco.

Dolores: ¿Creen que una chica que escucho todo por veinte años de su vida va a terminar de contar chismes?

Camilo: Te escucho.

Tania golpeó el hombro de su primo entre risas, y el se quejo un poco.

Tania: Ya vuelvo.

Tania salió de la habitación y camino con dirección a Carlos, el cual estaba parado en la entrada.

Hija de un Madrigal || Encanto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora