Parte 1/2

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Especial de intercambio de escritores. Capítulo especial para Larluce
Fuiste de las primeras personas con las que interactúe cuando empecé mi travesía en Wattpad, te amo mucho por eso. Espero tengas una hermosa navidad y que este regalo te guste

                          💘

Caminando apresuradamente entre los pasillos, Aristóteles trataba de arreglar su túnica verde lo mejor que podía sin tropezar o chocar con los alumnos que se dirigían hasta sus salones. Nuevamente, se había quedado dormido y ninguno de sus compañeros de dormitorio había tenido la decencia de intentar despertarlo y aunque estaba enojado, Ari no los culpaba. La última vez que lo intentaron levantar Ari les había lanzado una maldición moco murciélago. Era poco decir que no era la persona más fácil de tratar por las mañanas.

Apresurado, Ari trato de caminar más rápido. En 5 minutos el banquete de desayuno desaparecería y entonces no tendría más opción que esperar hasta la hora de comida o aceptar de esos "bombones explosivos" caseros que su mejor amiga Carlota había inventado y que por más de dos meses había intentado que Ari probara, pero que por más que insistiera el rizado se negaba. Sus razones para no aceptar eran simples: cada que le preguntaba a Carlota que significaba el "explosivo" en el nombre del dulce ella solo ponia una sonrisa traviesa y respondía "descúbrelo"

Ari iba perdido en sus pensamientos cuando escucho como la angelical arpa armonizaba las paredes de todo el instituto anunciando que el desayuno había terminado y que todos debían de ir a sus salones.

—Me cago en Merlín —soltó Ari con frustración, ganándose la mirada alarmada de un grupo de primero que iba pasando a su lado.

Sin tener un plan de como conseguiría algo para comer y mentalizándose para probar por primera vez los caramelos caseros de su amiga, Ari dio la vuelta y se dirigió a su salón, el cual, para colmar su mala suerte, se encontraba en la torre más alta del castillo.

Tenía ganas de volver a maldecir, pero prefirió reservar esa energía para comenzar a correr hasta su salón. Afortunadamente, para él, el gran cazador de oro del equipo de Quidditch ese reto a contratiempo no representaba ningún problema. El cansancio y la intensa actividad física no serian un obstáculo para detenerlo.

Lo que si resulto ser un obstáculo fue la voz arrogante y autoritaria que le grito desde el fondo del pasillo.

—Ey tú —exclamo la voz masculina que Ari conocía muy bien —. Está prohibido correr en los pasillos.

Dejando salir un suspiro al mismo tiempo que pasaba una mano por su cara fingiendo irritación, Ari se detuvo en su lugar y lentamente dio una vuelta.

Frente a él se encontraba un chico guapo, con su túnica verde sin una arruga, varita en mano y expresión rígida en la cara que escondía una sonrisa que por momentos flaqueaba y revelaba un poco del secreto entre ellos.

—López —canturreo Ari con un tono falsamente inocente.

—¡Ah! Eres tu Córcega —dijo Temo, fingiendo no haberlo reconocido —¿Por qué ni siquiera estoy sorprendido? ¿Cuántas veces tengo que repetirte que en Castelobruxo no permitimos ese tipo de comportamiento?

Aunque todos los estudiantes estaban apresurados por llegar a sus salones, varios se detuvieron un segundo para ver el espectáculo que el capitán del equipo de Quidditch de Serpiente de Fuego, la casa de los valientes de Castelobruxo, y el prefecto de Yaras, la segunda mejor casa que conformaban la escuela. (aunque personalmente Ari pensaba que no había ningún mérito en ser la segunda mejor casa si solo eran 3, pero se guardaba su opinión para él)

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⏰ Última actualización: Dec 23, 2021 ⏰

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