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Juguetería • Drabble •

Llevan las últimas dos horas observando los juguetes aunque ninguno le convence a Kyle, mientras tanto Stan espera, un poco inquieto.

—¿No vale cualquiera?—Pregunta el pelinegro.

—No, es para el cumpleaños número diez de Ike, debe ser...—Kyle observa con mayor detenimiento los juguetes—Especial.

—Tu madre dijo que cualquier cosa está bien.

—Si pero quiero regalarle algo especial, no algo que dentro de una semana terminará olvidado en un baúl—Kyle toma la caja de plástico con un zombie de acción dentro—¿Qué te parece?

—Se ve genial.

—Dices eso porque quieres que nos marchemos—Kyle devuelve el juguete a la estantería.

—Lo siento, es que no pensé que nuestra cita sería comprar el regalo a tu hermano.

El pelirrojo voltea a ver a su pareja, es cierto, los fines de semana son para ellos dos, y aquí está, viendo juguetes mientras su novio se muere del aburrimiento.

—Perdón—Kyle toma la mano del pelinegro—Es cierto, pero te lo compensaré, lo prometo.

Stan lo piensa unos segundos pero termina mostrando una sonrisa antes de entregarle un beso corto en los labios.

—Está bien, Ike me cae bien así que merece un buen regalo de cumpleaños—Stan observa los anaqueles—De acuerdo, ¿cuál fué su juguete favorito el año pasado?

—Un carro a control remoto.

—Bien, entonces no podemos comprarle algo relacionado a un vehículo.

—¿Eh, porqué no?

—Es lo que posiblemente le regalarán los demás familiares, cochecitos, tractores, o quizás otro carro a control remoto, normalmente se suele regalar algo parecido al año pasado, sobretodo cuando son niños, ¿está obsesionado con una caricatura o algo parecido?

—Los videojuegos de disparos, lo hacen sentir rudo.

—Las obsesiones suelen ser pasajeras, si le regalas algo sobre un videojuego, lo usará un tiempo hasta que descubra un nuevo pasatiempo, a no ser...—Stan camina hasta el final del pasillo, en el último anaquel—Que sea algo que nunca ha tenido y siempre podrá relacionarlo con más cosas.

Stan toma una pistola de plástico, con pelotitas como balas. Lo muestra con orgullo a su pareja.

—¿Eso?—Pregunta Kyle—Nunca ha tenido algo que parezca un arma.

—Es perfecta, se sentirá rudo y podrá hacer muchas cosas con ellas.

—Mamá se infartará.

—Eso la vuelve mejor, Ike la amará en cuanto la vea.

Kyle quería protestar pero...es verdad que Ike la amaría. Toma el juguete, y le entrega un beso al azabache.

—A veces eres muy listo—Dice Kyle—Serías un buen hermano mayor.

—¿A veces?—Repite Stan con una sonrisa—Quizás tenga un instinto oculto en estas cosas.

—Si Ike me termina adorando tras regalarle esto será gracias a tí—Kyle entrelaza sus dedos con los de Stan—Salgamos de aquí para disfrutar de nuestra cita.

Ciertamente, Kyle considera a Stan parte fundamental de su vida, y ahora, también de su familia.

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