CAPÍTULO 4

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   Mi madre estaba en el porche. Parecía triste, preocupada. Desensillé a Billy y fui a hablar con ella:
— Hola má ¿que pasa?
— Tengo una mala noticia. Tengo que partir a una misión en Afganistán.— vaya por Dios— Marcharé de madrugada.
— Jo,¿ de veras tienes que marcharte?
— Sí, lo siento cariño. Me temo que tendré que llamar a Berta, para que venga a cuidarte.
— Mamá, tengo 16 años, creo que es edad suficiente para cuidarme yo sola.— Mi madre sonrió.
— Lo sé, cariño, lo sé. Bueno, la llamaré igual para que te haga la comida, ¿o para eso también eres mayor, y lo sabes hacer tú?
— Para eso sí puedes llamar a Berta
   Las dos nos echamos a reír:
— Esta bien, solo para que te haga la comida entonces.
   Entramos  en casa, y nos preparamos un batido de frutas para cenar. La verdad es que no me gustaba que mi madre se tuviese que marchar. Había el riesgo de que la matasen, y no me lo perdonaría nunca.
    Me puse mi pijama de Bob Esponja ( si, que pasa, es adorable)  y me metí en cama. Cogí el celular, no tenía sueño, así que me puse a chatear con Lucy:
Holaespero a que me responda.
Hola—
Que tal—
— Bien,¿ y ?—
Bien, bueno, mi madre se marcha mañana a una misión—
—¿ Y eso?—
Pues no , me lo dijo hoy—
—¿ Y te quedarás sola?—
y no, vendrá Berta a hacerme la comida—
Que pena, dale ánimos a tu madre de mi parte—
Claro, lo haré—
— ¿Y qué hiciste hoy?—
Pues fui a dar un paseo con Billy, y me encontré a un grupo de chicos, que montaban un picnic—
— ¿ Eran guapos?— esta Lucy, siempre con lo mismo.
Sí—
— ¿ Y ligaste?—
— ¡ Lucy! Que pesada eres. No, no ligué, pero me invitaron a una Coca Cola—
Caray, no te quejes
Déjalo Lu—
Vale. Buenas noches—
Buenas noches

      Bloqueo mi móvil y miro al techo. De repente, me viene a la cabeza la imagen del grupo de chicos. La verdad es que todos eran muy guapos. Sobre todo ese tal Erik. Ah, maldita sea, ¿ porqué tuve que acercarme? No debería haberlo hecho, no los conocía de nada.

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