Capítulo 2

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Capítulo 2| Personas malhumoradas y cómo enojarlas|

Salí del salón cual vendaval, necesitaba calmarme pues sino, no sé de qué sería capaz.

"Respira Cara, inhala, exhala. Respiraciones cortas, no necesitamos matar a nadie hoy..."

Estúpida conciencia agh, claramente no mataría a nadie pero... gritar, pegar, insultar..... Pues eso ya es otra historia.

"Morder tampoco estaría mal..."

Los pasillos cada vez se llenaban más y más de gente yendo a su respectiva clase. Empezaba a sentirme asfixiada.

Necesito irme de este pueblo, urgentemente. Papá ya tenía todo listo, para ello, pero de la noche a la mañana todo desapareció y tuve que amoldarme a la nueva realidad.

De un momento a otro estoy en el suelo. Y la gente alrededor se queda mirando la escena con asco.

- Que mier... - empecé a decir pero alguien me interrumpió.

- Que... Emotiva historia Cara, una lástima ser la hija de un suicida - dijo una voz que conocía demasiado bien.

Mierda.

Valeria Johnson, chica modelo y muy carismática, o bueno, esa era la fachada que esta zorra que atormentaba mis días utilizaba.

Estaba apoyada en los casilleros detrás mío, al parecer me metió pie para que cayera.

"Bueno, yo diría que a ella sí la podemos matar, haremos que parezca un accidente. Tengo algunas sugerencias muy creativas y...."

No es el momento para este tipo de pensamientos, pero no me desagradaba la sugerencia. Tal vez le rapara la cabeza o haría que se la comieran muchos insectos.... Mmmm sí, esa si es una idea que me gustaba.

Mientras tanto ella se quedó observándome, cual cuervo el busca de carroña. Su séquito tampoco tardó en aparecer y entre ellas de encontraba Emily.

Al verlas, decidí en menos de un segundo que las ignoraría, sino este día sería interminable.

Me levante dispuesta a irme pero las clones de Barbie aparecieron para bloquearme el camino.

Valeria siguió su monólogo de villana barata.

- Es normal que se suicidara con una hija como bueno... Tú - dijo mientras me comía con la mirada- Solo date un vistazo. Un bicho raro de los pies a la cabeza y que encima inventa historias sobre su muerte para llamar la atención.

Siendo honestos, yo no era un clon de Barbie, rubia y escultural como ellas. Digamos que media 1,65, tenía mis curvas, con algunas pecas esparcidas por mí cara y blanca como Casper.

Este grupito de rubias oxigenadas, tanto teñidas como naturales se caracterizaban por lucir siempre un bronceado caribeño, mostrar más piel de la necesaria, según yo para distraer a la gente de su falta de neuronas, y destacarse en el pueblo como santas mientras eran unas perras traicioneras.

Al importarme un comino lo que el pueblo dijera o no, yo era el blanco de sus ataques constantes. Además, era lo suficientemente conocida y odiada tras la muerte de mi padre para que sus ataques tuvieran alguna repercusión. Al agredirme eso generaba el efecto contrario.... Adoración.

Esa es una de las razones por las que Emily se alejo.

Sin embargo estaba claro que ella no pertenecía allí. Se la notaba incomoda con esa ropa ajustada a su torso. Su pelo mantenía su tono castaño y era la más bajita de todas con su metro cincuenta y siete.

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2022 ⏰

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