Capítulo 6

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Los rayos de sol empezaron a iluminar todo el dormitorio. Joey despertó poco a poco y vio que en sus brazos aún se encontraba Ainhoa dormida. Acarició su cabello y después sus mejillas y despositó un tierno beso en sus labios.

- Fue todo muy rápido. Pero me alegro de que fueras tú quien robara mi corazón - Joey no podía dejar de sonreír.

Ainhoa se movió en los brazos de Joey y poco a poco, fue despertando. Al abrir sus ojos, se encontró con Joey quien la miraba con una tierna sonrisa.

- Buenos días estrella - le dijo Joey.

‐ Buenos días - ella sonrió y acarició su mejilla y se abrazó mucho más a él.

‐ ¿Cómo has dormido? - preguntó Joey curioso.

- A tu lado, he dormido como nunca. Con tus caricias he podido dormir plácidamente - ella sonrió enamorada.

‐ Yo también - Joey no podía dejar de acariciar sus labios y su rostro.

Sin previo aviso, acercó sus labios a los de ella y empezó a besarla con desesperación.

- Te quiero - le dijo él.

Aquél beso subió de intensidad y Joey se colocó encima de ella sin aplastarla. Ambos tenían la respiración agitada pero sabían lo que querían.

- ¿Estás segura? - le preguntó Joey de forma temerosa. No quería hacer nada que ella no quisiera.

- Sí. Y siento que debo hacerlo ahora - ella sonrió y acarició su mejilla.

Joey sonrió intensamente y ambos volvieron a besarse como si fuera la primera vez. Poco a poco, toda la ropa que llevaban puesta empezó a estorbar. Cada pieza caía una a una. Fueron lentos pero también apasionados. Hicieron el amor por primera vez.

Después de un buen rato, ambos seguían en la cama pero esta vez sentados en la cabecera. Habían vuelto a ponerse sus pijamas porque hacía demasiado frío.

- ¡Oh, recordé algo muy importante! - dijo Ainhoa de repente.

- ¿Algo? - Joey la miró sorprendido.

- ¡Sí! - saltó de la cama.

Se levantó para abrir uno de sus armarios y coger un paquete envuelto. Volvió a sentarse en la cabecera de la cama junto a Joey.

- Esto es para ti - le tendió el paquete.

- No puedes hablar en serio - Joey estaba sorprendido.

- Sí. Es para ti - ella sonrió.

Emocionado, Joey besó su cabeza para después darle un tierno beso en los labios. Cogió el paquete y empezó a abrirlo. Se trataba de un álbum de fotos con todas las que Ainhoa hizo durante el concierto.

- Es increíble - Joey suspiró.

- ¿Te gusta? - Ainhoa le preguntó.

- Es... Es lo más hermoso que alguien me haya hecho jamás. Gracias cariño - la besó con ternura - Pero tú no sabías que yo también tengo algo para ti.

- ¿Qué? - Ainhoa también se había sorprendido.

- Me las arreglé para hacer algo - Joey sonrió y sacó algo de su maleta - No es mucho, pero...

‐ Joey, eso no importa. No tenías porqué regalarme nada - ella acarició su mejilla.

- Pero es navidad. Quise tener un detalle como tú lo has tenido conmigo sin saber que estaría hoy aquí - le dijo Joey - Vamos. Ábrelo.

Joey le tendió el pequeño paquete a Ainhoa y ella lo tomó con una sonrisa en su rostro. Empezó a abrirlo y vio que se trataba de un conjunto de joyería.

- Es un colgante en forma de corazón que se abre. La pulsera es lo mismo - le dijo Joey.

Ainhoa quiso abrir el colgante y cuando lo hizo, vio que dentro tenía la hermosa foto que tenían juntos del concierto.

‐ Es precioso - ella sonrió enamorada - ¿Cómo se te ocurrió?

- Sentí mucha impotencia durante todo el tiempo que no pude estar a tu lado y quise hacer esto para que sintieras que si en algún momento no estoy, puedes llevarme contigo siempre - Joey sonrió.

- Eso es lo más tierno que alguien ha hecho por mí. Gracias - ella sonrió.

- Feliz navidad - susurró Joey.

- Nuestra primera navidad... - dijo Ainhoa.

- Sí. La primera de todas las siguientes - Joey no podía dejar de sonreír.

- Hazme un favor. Cántame un poco - pidió ella.

‐ Siempre - Joey besó su cabeza con mucha ternura.

Ambos se abrazaron y Joey empezó a cantar una de sus mejores canciones con la banda, Run With You.

Ainhoa lo miraba completamente embobada. Estaba muy enamorada de él y que siempre le cantara a ella le hacía enamorarse aún más. Cuando él acabó de cantar, ella acarició su mejilla y Joey besó su palma.

- Eres el mejor... - ella sonrió - Me encanta cómo cantas.

- Me gusta cantarte a ti - Joey le sonrió.

- ¿Me acompañas a un sitio? - preguntó Ainhoa.

- ¿A dónde quieres ir? - Joey sonrió con curiosidad.

- Es una sorpresa. Vamos, prepárate - le dijo Ainhoa.

Ambos se vistieron con sus ropas de manga larga y cogieron sus chaquetones para seguidamente ir al parquing donde se encontraba aparcado el coche de Ainhoa.

Ella conducía por la autopista en dirección a Barcelona. Al llegar buscaron un lugar donde aparcar. Cuando ambos salieron del coche una brisa les movió su cabello. Ambos sonriendo, se tomaron las manos y empezaron a caminar.

- Eh... Aquí es donde hicimos el concierto. Es donde nos conocimos - Joey recordó aquél momento.

- Es cierto. Pero no hemos venido aquí en realidad - Ainhoa rio.

Siguieron caminando hasta poder llegar al puerto de Barcelona. Uno de los sitios preferidos de Ainhoa. Llegaron hasta el puente y se quedaron allí apoyados mirando como transitaban los barcos con velas blancas uno por uno.

- Es un lugar precioso - susurró Joey.

- Siempre me ha gustado venir aquí. Es mi lugar especial. Imaginé que quizás algún día tú también podrías estar aquí, viendo el mar a mi lado - ella sonrió ante aquél recuerdo.

- Ya no es un sueño ni un recuerdo. Ahora será algo constante. Gracias por traerme hasta aquí y mostrarme lo que más te encanta - le agradeció Joey.

Tomados de la mano siguieron mirando el mar hasta que por un momento quisieron mirarse el uno al otro. Ambos sonreían intensamente. El viento les movía el cabello. Entre sonrisas ambos acercaron sus rostros y se fundieron en un tierno e inolvidable beso aquella mañana de navidad en la misma ciudad donde se vieron por primera vez.

- Eres el amor de mi vida - le dijo Joey.

- Gracias por venir hasta mí. Tú eres mi regalo más preciado - le dijo Ainhoa.

- Deseo poder empezar nuestra vida allí en Londres los dos juntos - dijo Joey.

- Eso haremos - ella sonrió.

- Y venderemos aquí cada vez que queramos para poder mirar este mar y recordar el sitio donde nos conocimos - Joey no podía dejar de sonreír - Te quiero.

- Yo también te quiero - ella sonrió con ternura.

Ambos volvieron a besarse con intensidad mientras el sol brillaba, el viento movía sus cabellos, los pájaros cantaban y se iba escuchando el sonido del mar de fondo.

Fin y Feliz Navidad.

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