Capítulo 1: El chico del tren

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Retiro, 12:45, hora pico, mi lugar menos preferido en el mundo. Gente corriendo, desesperada para que no se les vaya el tren, bicicletas que te pisan los tobillos y nenes que no paran de llorar. Era comienzos del cuatrimestre del 2019, y todos los martes nos encontrábamos con mi mejor amigo Juan en la estación de Retiro, para tomarnos el tren mitre. En su momento yo estudiaba artes escénicas en UADE, y mi amigo música cinematográfica en la UCA. Los primeros martes siempre fueron todos iguales, encontrarnos, subirnos al tren, sentarnos y charlar hasta que yo llegaba a mi destino, la estación de Beccar, y el seguía hasta Tigre. Pero este martes fue diferente, llegué al tren y lo veo hablando con otras dos personas. Antes de acercarme intenté ver si las conocía, pero sus caras no me sonaban. Yo soy una chica muy tímida y me cuesta
hablar con gente desconocida, así que tuve que agarrar mucho coraje y me acerqué a ellos.

- Hola Achu – dijo mi amigo Juan – Te presento a Agus y a Fran amigos de la facultad.
-Hola – dije saludándolos con un beso en el cachete a los dos.

Los dos eran muy altos, bien vestidos, pero la sonrisa de uno me llamó mucho la atención. Era una sonrisa que de alguna manera cambió algo en mí.

-Así que vos sos la famosa Achu? – Dijo Agus
-Sí, Juan nos habla mucho de vos – Mencionó Fran con cara picarona mientras Juan le pega en el brazo para callarlo.
- Sí, soy yo – dije confundida. Nunca pensé que Juan hablaba mucho de mí, además, en ese momento, todos mis amigos me decían que Juan gustaba de mí – Así que ¿hablas mucho de mí? - Le pregunté a Juan
- Si, pero como mi mejor amiga – dijo nervioso.

En ese momento me parecía raro que Juan hablase de mí. Éramos mejores amigos y demasiado diferentes para ponernos en una relación. Todo lo que quedó del viaje en tren, hablamos de diferentes cosas, y no sé porque mi mirada no se iba del chico de la sonrisa, algo en él me llamaba mucho la atención y no sabía que. Hasta que llegó mi parada.

-Bueno chicos, yo me bajo acá – Dije acomodando mi mochila
- Yo también – Mencionó Fran. Parecía coincidencia que este chico se bajase en mi misma estación.

Nos bajamos los dos el tren y ni siquiera me saludo, solo fuimos para diferentes lados. Todo el camino a mi casa me quedé pensando, si Juan gustaba de mí y que iba a hacer con ese tema, sabía que no debía estar con él por nuestras diferencias, pero algo en mi quería intentarlo. Y sin dejar de lado esto, también me parecía rara la sonrisa del chico que no me acordaba el nombre, pero decidí darle el apodo "el chico del tren".

El chico del trenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora