Capítulo 8: ¿Otra vez me pasa esto a mí?

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El amor es un sentimiento poderoso que nos impulsa, nos motiva y cambia nuestras vidas. Al mismo tiempo conlleva sufrimiento, tristeza y malestar, mas cuando no es correspondido o es un mal entendido.

Seguro se darán una idea a lo que quiero llegar. Mi relación con Facu duro muy poco. Pero porque no era el indicado, además nuestra relación no termino mal. Sino que decidimos que era mejor seguir como amigos, ya que los dos no queríamos dejar de ser amigos. De igual manera el día que cortamos fue muy triste para los dos. Él estaba cuidando su casa en Belgrano, mientras su padre se iba de viaje y había invitado a 3 amigos, uno siendo Fran, para que lo acompañen esos días. Me invito a pasar el día de lo mas bien y en un momento los chicos se iban ir a cenar mientras nos dejaban un rato solos a mí y a Facu. Se ve que el aprovecho el momento para cortar todo y apenas termino todo lo llame a Fran y le dije que venga urgente a buscarme. Y así fue, Fran me busco, me llevo a lo de Sofi donde había otra juntada con amigos nuestros y me encerré en su cuarto a llorar.

Esa noche me di cuenta de lo importante que era Fran para mí. Dejo a su amigo en su casa, para llevarme a mí a lo de Sofi, y se quedó toda la noche abrazándome en el cuarto de ella. Quiero aclarar que para este momento Sofi y Fran ya eran amigos y se querían mucho.

- ¿Estás mejor? – Me pregunta Fran
- Más o menos – Dije llorando
- Achu, no llores, ya vas a encontrar alguien que te amé como deberías ser amada – Dijo mientras me abrazaba
- Gracias por estar acá, lo aprecio mucho – Dije

-Gracias a vos por confiar en mí- Se separó de mí y me miro fijo a los ojos – ¿Sabías que sos hermosa? – Me pregunto mientras me tocaba el cachete.

Les juro que estaba explotando por dentro. No puede ser que todo este tiempo el verdadero chico para mi estaba en frente de mis ojos. Él era perfecto para mí, pero no sabía que tanto él quería estar conmigo si tuviese la oportunidad.

- Vos también vas a encontrar a alguien – Dije sonriéndole
- Tengo una idea, si para los treinta estamos solos, nos casamos, ¿dale? – Pregunto mientras me daba la mano.
- Dale – Dije mientras le apretaba la mando jurándolo.

El chico del trenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora