Extra. Dancing around big eyes as well.

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Amity bajó a toda velocidad del auto. El chófer arrancó en el momento en que entró al estudio de baile.

—Llegué tan rápido como pude Miss Clawthorne.

Lilith alzó la vista. El estudio estaba vacío.

—Gracias, Amity. Por favor siéntate.

Una mesa y tres sillas estaban colocadas a contrapared del estudio, Amity arrugó las cejas extrañada cuando se sentaba en una de ellas.

—¿Hoy tendremos audiciones?

Lilith tarareo en afirmación. —Por eso es que te necesito aquí. También llamé a Skara. Me ayudarán con algunas cosas de organización y si se puede, que hagan algunos números con las personas que quieran audicionar.

Amity estaba cumpliendo su sexto año bailando con Lilith Clawthorne. Toda su vida la vivió saliendo y entrando de teatros, auditorios, galerías, etc. Cuando conoció a temprana edad el negocio familiar de los Blight como inversores de arte lo creyó sumamente interesante y que serían totalmente abiertos a las posibilidades. Pero Amity pensó mal. Todo se trataba de formalidades, dinero, imagen. Que era valioso de comprar o invertir o que no. Siempre te recalcan que el arte es subjetivo, pero para los Blight, el arte significaba dinero que no valía la pena desperdiciar.

Amity pensó muy bien su futuro. Amaba las colecciones que visitaban, la música que escuchaban, las obras de teatro a media noche y todo lo que los artistas querían que sus padres vieran para invertir. Pero jamás, jamás se enamoró tanto como de la danza. Desde la primera vez que vio a una bailarina saltar en el aire y caer en perfecto balance, solo para dar más y más vueltas, la menor de los Blight supo que quería hacer eso también.

Fue una de las pocas cosas que no se le negaron cuando era niña, y sería mentira decir que Amity no se sintió afortunada por tener padres ricos y poder ser inscrita a una academia de baile profesional de gran reputación, aunque, tiempo después, descubrió que el verdadero gran tesoro no era la academia, sino su maestra.

De lo que sabía sobre Lilith, era que ella y su hermana fueron grandes bailarinas en su tiempo de juventud, pero un accidente dejó a la menor de ambas fuera de los escenarios. Lilith, incapaz de dejar a su hermana atrás. Se retiró también. Así fue como nació la academia: si no iba a bailar más, al menos haría lo posible por encontrar a otros talentos y ayudarlos a ser exitosos como alguna vez ella lo fue.

Amity no podía nunca dejar de sentir una gran admiración por su mentora. Era su ejemplo a seguir. Por eso es que siempre destacó en sus clases y trató con todo su corazón de aprender de ella. La academia era su hogar y Lilith era como una segunda madre para ella.

—¿Quién nos va a acompañar? —Amity preguntó, sacando cosas de su maleta para prepararse.

—Pues, como siempre, Caleb verá las presentaciones de hoy. —Lilith arregló las solicitudes de su mesa, y demás papeles que contenían nombres y listados. —Y, para nuestra sorpresa, Raine Whispers también va a venir.

Amity alzó las cejas e hizo un puchero. —¿Raine? Creí que elle sólo venía cuando eran audiciones de grandes eventos y eso.

Lilith asintió, dándole la razón a Amity. —Yo creí lo mismo, cariño, pero resulta que tiene algunas... recomendaciones personales que le gustaría ver, de hecho estas audiciones son por su voluntad. Bueno, por su voluntad y necesidad, diez de tus compañeros se intoxicaron ayer y al parecer retrasar una semana más el evento próximo no está en los planes de tus padres.

Debe haber alguien importante viniendo entonces. Les dije que los panecillos en forma de guitarra del centro no eran confiables.

Cuando terminó de cambiarse y calentar junto a Lilith, Connor Wittebane llegó al estudio.

TEAM || Luz POVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora