La cena Parte 1

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Jack

Era uno de esos días en los que no podía dejar de sonreir, era uno de esos días en los que me dolían las mejillas de tanto hacerlo. Me sentía completo, me sentía orgulloso de mi vida.

No podía evitar pensar en el futuro de mi hijo o de mi hija, como sería, sería igual a Elsa con su cabello rubio blanquisco y con los ojos celestes que me atrajeron desde que la conocí, o sería como yo ¿Podría nacer con el cabello cafe como el que solía tener? Me encantaría verme a mi mism como antes y verme reflejado en mi hijo, pensar "Me recuerda a cuando yo era un niño" ¿Y si tenemos mas hijos?¿Cuidara de sus hermanos?

Esas preguntas llenaan mi cabeza, la llenaban de planes para su cuarto, de planes para como criarlo. Ibamos camino a la casa de Anna, a las afueras de Arendelle, donde todo parecía tranquilo y donde podíamos hablar sin ser vigilados, porque nadie parecía saber donde vivía Anna, todos pensaban que vivía en el castillo junto con Kristoff pero no era así.

Tomamos un coche elegante y nos fuimos. Elsa estaba nerviosa y se veía palida, empezaba a creer que era por el embarazo pero aun asi, la sonrisa no se borraba de su rostro y con esa sonisa, podía desaparecer su palidez.

Se suponía que ibamos a ver unos "asuntos" y por eso ibamos a las afueras, porque Anna nos había pedido que lo dejaramos en secreto y lo habíamos respetado, y lo comprendíamos.

Era una pequeña cabaña que era bonita, pero era sencilla y discreta y estaba en una zona desolada pero tenía vida.

Anna nos resivió con un abrazo, y nos dejo pasar. Había cierta calidez en el ambiente que era reconfortante, la chimenea estaba prendida y la noche empezaba a hacerse presente. Mientras Anna llamaba a Kristoff desde arriba para que bajara, Elsa y yo, nos sentamos en uno de los sofas de la habitación. Le temblaban las manos, y cuando toqué una de ellas, la rodeo con mis brazos y recargó su cabeza en mi pecho, mientras que yo le agarraba el cabello.

-Lo siento, pero Kristoff no se ha terminado de arreglar, parece mujer-. Rió al igual que nosotros.

-No te preocupes Anna, por cierto esta hermosa la casa, es muy calida-. Dijo Elsa mientras que observaba su alrededor.

-Gracias, en un momento esta la comida, si gustan acompañarme para seguir platicando...- Señaló el pasillo que conducía a la cocina y fuimos a ella.

Mientras ella cocinaba nos reíamos de los chistes que eran tipios de Anna, aunque fueran malos, daba risa que ella sola se riera. Me dolía el estomago de tanto reir. 

Hola amiguitos del bosque, aqui esta un nuevo capitulo, creo que es el mas largo que he hecho en toda la historia, pero lo voy a dividir en dos partes y luego subo la otra parte, espero les guste, comenten, siganme, voten y vean mis demas novelas.

El frió es parte también de elDonde viven las historias. Descúbrelo ahora