Cap. III ~ Little Darling

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♫︎

-Oye, que linda que es la señora Rigby.-
-¿Verdad que si? Te lo digo yo que la conozco de casi toda la vida.-
Se intercambiaron palabra Ringo y George mientras subíamos por las escaleras.
Eran largas.

-Si lo sé... ¡Hola mamá!-

Nos encontramos con mi madre mientras subíamos, me abrazó y besó mi frente.

-Hola Paul, hola George, hola chico lindo ¿Cómo te llamas?.-

Mi madre tuvo un semblante tranquilo y radiante.

-Buenas tardes señora, me llamo Richard pero puede llamarme Ringo, espero no estar incomodando o allanando con mi presencia en su casa.-

Ringo puso cara de vergüenza.

-No te preocupes cariño, los amigos de mi hijo siempre son bienvenidos en mi casa.-

Vi que cuando mi madre le comentó esto, le entró paz.

-Gracias, enserio señora, me siento bien con eso.-

-Vamos a subir a la terraza, mamá, vamos a hacer tarea y a convivir un rato.-

Hizo como un gesto de despedida y bajó con la señora Eleanor.

-Genial chicos. Un gusto conocerte Ringo.-

-Lo mismo digo señora McCartney.-

Llegamos al segundo piso y pasamos por mi cuarto, lanzamos las mochilas a mi cama y George tomó mi guitarra. Salimos a la terraza y la desenfundó.
Era habilidoso con ella, la afinó en un minuto y se puso a tocarla, estaba componiendo una canción creo.

-Ya vuelvo, voy por unas papas o algo para comer en lo que mamá y la señora Rigby nos llamen a comer, aprovechen de que ahorita no está mi padre y que mis hermanos estén en la escuela, es más placentero estar sin tanto ruido.-

Bajé de nuevo, pero a prisa por esas escaleras largas de madera barnizada con mucha luz gracias al domo que tenía.

-¡No corras niño!-

Gritó mi madre, disminuje mi velocidad, entre a la cocina de nuevo, saludé otra vez y abrí el alacena casi del mismo color que las escaleras, encontré unas Lays y un poco de aderezo en el refrigerador.

-Cuidado muchacho tonto, no te vayas a partir la boca en las escaleras, no corras.-

Me reprendió mi madre.
Subí y George había formado un arpegio muy bonito.

-Mira lo que hice...-

Se refirió a mi y comenzó a cantar.

-Here Comes The Sun, do, do, do.
Here Comes The Sun
And I say it's all right
Little darling, it's been a long cold lonely winter...
Avancé un poco y vaya que me gustó. -

-Oh por Dios, que linda canción.-

Exclamó Ringo al escuchar el precioso arpegio que había inventado.

-Lo que el dijo, pero por dos.- Repliqué.

Dejé las frituras, un plato y el aderezo en la mesa, bajo la sombrilla donde estábamos sentados y comencé a servirlas en el plato.
Comenzamos a charlar un rato y George seguía intentando mejorar la letra y el arpegio en mi guitarra un tanto vieja, hacía breves pausas para escuchar a Ringo.

-Cuéntanos de tu vida Rich.- formulé.

Se quedó pensando y hubo un silencio

-...

-Pues no hay casi nada de extraordinario, mi vida fue solitaria, no tuve muchos amigos y creo que ya.-
-Ahora nos tienes a nosotros.- Dijo George intentando dar alientos.

-Gracias amigos.-

-Y ustedes también cuéntenme de sus vidas.- retomó Ringo la pregunta, pero al revés.
Hubo un momento de silencio, creo que George se decidía si me dejaba hablar a mí o proseguir él.
Tomé el valor.

-Mi madre tiene una enfermedad terminal, y no tarda en irse... - Dije entre lágrimas, intentado limpiarlas rápidamente para que no se dieran cuenta, pero esto último fue muy difícil, los dejé shockeados, se pararon rápidamente a abrazarme, fue un abrazo verdaderamente extenso. Creo que sintieron feo jaja, pero que se podía hacer, relativamente no podía hacerse nada.

George no contó nada por arruinar el momento con Paul y Ringo, luego, la señora Rigby les llamó a comer.

Fue pasando el tiempo y cada vez hacía más tarde, cada vez estaba mayor la probabilidad de que ellos se fueran.
Igual, nos veríamos mañana en la escuela.
Dieron las 7 en punto, Ringo y George se despidieron y se retiraron.

Recogí el plato de botana y procedí a entrar, papá había llegado del trabajo, así como mis hermanos de la escuela

- ¡Mami!- Exaltada entro Ruth, mi hermana menor.
-Tranquila linda, mami está cansada, ve a ducharte... No corras en las escaleras preciosa. - exclamó mi padre desde la entrada, se le notaba cansado.
Michael se escurrió rápido, saludó a mamá y a la señora Rigby y subió a su habitación.
Yo escuchaba todo desde el 3° piso.
Bajé y saludé a los 3, mi papá conmigo y Michael era algo retraído y pedante, tenía miedo de que cuando se fuera mamá, papá se volviera otra persona aún más grosera, me tenía preocupado.
Bueno, así era mi vivir y sentir, el problema era la niña, Ruth, ¿qué haría viviendo con 3 hombres y quizá la señora Rigby?...

¿Qué nos depararía el futuro a los McCartney?

Amor de Vinilos [McLennon] ♫︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora