Primera parte

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Blumenstraße -  En es una casa de huéspedes y de alquiler. Está registrado como histórico en la Lista de Monumentos de Baviera.

Bahnhofstrasse - Es la calle principal del centro de Zùrich  y una de las avenidas comerciales más caras y exclusivas del mundo. Surgió cuando se demolieron las fortificaciones de la ciudad en 1864 y se rellenó la zanja frente a las murallas. Hasta ese momento, el nombre de la ubicación había sido Fröschengraben ("Zanja de las ranas"), que luego se cambió a Bahnhofstrasse ("Calle de la estación de tren").







A los quince años tuve hepatitis. la enfermedad empezó en otoño y acabó en primavera. Cuanto más fríos y oscuros se hacían los días, más débil me encontraba, pero con el año nuevo las cosas cambiaron. 

El mes de enero fue templado, hasta el punto de que mi madre me instaló la cama en el balcón. 

Veía el cielo, el sol y las nubes, y oía a los niños jugar en el patio. Una tarde de febrero oí cantar un mirlo. Vivíamos en el segundo piso de una espaciosa casa de finales del siglo pasado, en la blumenstrasse, la primera vez que salí después de la enfermedad fue para dirigirme a la bahnhofstrasse. fue allí donde, un lunes de octubre, volviendo del colegio a casa, me puse a vomitar. ya hacía días que me sentía débil, más débil que nunca en mi vida. cada paso me costaba esfuerzo. cuando subía escaleras en casa o en el colegio, las piernas casi no me sostenían. tampoco tenía ganas de comer. a veces me sentaba a la mesa con apetito, pero enseguida me vencía el asco a la comida. 

Por la mañana me levantaba con la boca seca y la sensación de que mis órganos internos pesaban más de lo normal y estaban fuera de su lugar habitual en el cuerpo, me avergonzaba de sentirme tan débil y me avergoncé especialmente cuando vomité. 

Eso tampoco me había pasado nunca en la vida, de repente, la boca se me llenó de vómito; intenté tragar, apreté los labios y me tapé la boca con la mano, pero el vómito se me salió a través de los dedos. Luego me apoyé en una pared, miré el charco de vómito y arrojé una papilla clara.

Un hombre acudió en mi ayuda, casi con rudeza. me cogió del brazo y me condujo hasta un patio, a través de un oscuro pasillo. Arriba había tendederos colgados de ventana a ventana, con ropa tendida. en el patio había madera almacenada; en un taller con la puerta abierta chirriaba una sierra y volaban virutas, junto a la puerta del patio había un grifo. El hombre lo abrió, me lavó la mano sucia y luego ahuecó las manos, recogió agua y me la echó en la cara, me sequé con un pañuelo.

—¡coge el otro! 

Junto al grifo había dos cubos; el cogió uno y lo llenó. Yo cogí y llené el otro y lo seguí por el pasillo. 

El hombre tomó impulso, y el agua cayó sobre la acera y arrastró el vómito por encima del bordillo. luego me quitó el cubo de las manos y arrojó otra oleada de agua sobre la acera, al incorporarse me vio llorar.

Ay, chiquillo, chiquillo - dijo sorprendido. Me abrazó, yo era apenas un poco más alto que el, sentí su pecho contra el mío, olí en la estrechez del abrazo mi aliento fétido y su sudor fresco y no supe qué hacer con los brazos. dejé de llorar, me preguntó dónde vivía, dejó los cubos en el pasillo y me acompañó a casa. 

Caminaba a mi lado, con mi macuto en una mano y mi mano en la otra. La bahnhofstrasse está cerca de la blumenstrasse. 

El hombre andaba deprisa, y tan decididamente que yo lo seguía sin titubear. se despidió delante de mi casa. 

Aquel mismo día, mi madre llamó al médico, que me diagnosticó hepatitis. en algún momento le hablé a mi madre de aquel hombre. De no haber sido así, no creo que hubiera vuelto a verla. Pero mi madre insistía en que, en cuanto pudiera valerme por mí mismo, comprara con mi dinero de bolsillo un ramo de flores y me presentara en casa de aquel hombre para darle las gracias. en fin: un día a finales de febrero me dirigía la bahnhofstrasse.




Jungkook 

Jungkook 

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Holi mis pastelitos, como regalo de navidad quería traerles esta adaptación.

 Les aseguro que será una experiencia muy linda para ustedes y claro que para mi también, les agradecería de todo corazón su apoyo con la estrellita y comentando.

¡Feliz Navidad!

El lector  - ºKookMinºDonde viven las historias. Descúbrelo ahora