Prólogo.

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Prólogo.

18 de Noviembre del 2001.

Esta fecha es importante para la familia Dixon ya que la pequeña Lauren esta cumpliendo sus cuatro años.
Lauren está tan emocionada por lo que este día sería, no dejaba de dar brincos de allá para acá. Sin duda, ella era la consentida de la familia.

-Todos vengan al pastel -grito la mamá de la pequeña Lauren desde la cocina y enseguida todos corrieron hacia allá.

Lauren esquivo a toda persona que se posaba en su camino hacia su destino.
Por fin llego a la mesa donde se encontraba su mamá con una sonrisa enorme. Ella le dio un leve jalón al vestido de su hermosa madre para llamar su atención.

-Oh ven acá, cariño -dijo la madre mientras tomaba a su pequeña hija por las caderas y levantarla para que pudiera estar a la altura de su pastel.

En cuanto Lauren lo vio no pudo evitar soltar un grito de alegría a lo que todos respondieron con una risa.
Su familia comenzó a cantar las mañanitas, mientras ella daba aplausos siguiendo el ritmo. Al finalizar, todos le dieron un gran aplauso a Lauren.

-Pide un deseo -decían todos al unísono.

Y ella muy gustosa y sonriente asintió. Todos la empezaron a mirar con atención, tratando de descifrar que era lo que la niña pequeña está pidiendo de deseo.
Sin lograr saberlo, la niña sopló las cuatro velitas que estaban en su pastel.

-¡Bravo! -gritó el papá de Lauren y todos comenzaron a aplaudir, de nuevo.

Después de una tarde de risas y bailes entre la familia de la pequeña, todos decidieron que ya era un poco tarde y tenían que ir a casa. Todos se despidieron dando las gracias a los padres de Lauren y dándole un último 'felicidades' a la niña.

Cuando todos se fueron, la casa quedo en completo silencio. Los padres de Lauren la tomaron por la mano y la llevaron con ellos hasta la habitación de ella.

-Fue el mejor cumpleaños, mami -dijo Lauren mientras un bostezo salió de su boca.

-Me alegró que te la hayas pasado muy bien, cariño -dijo su mamá mientras le acariciaba la mejilla y su papá la cobijaba.

Se quedaron unos minutos con ella y de pronto su mamá se puso a pensar en que habrá pedido de deseo su pequeña, lamentó ser un poco entrometida pero su intriga era demasiada.

-¿Que has pedido de deseo, cariño? -le pregunto su madre

con una ternura para que la niña cediera a responder.

-Un amigo.

-¿Un amigo? -pregunto y esta vez con confusión.

-Si, un amigo para siempre -Lauren dijo con una sonrisa en su rostro, mientras volteaba hacia un lado y le dirigía esa sonrisa a su nuevo amigo. El niño era sólo un año mayor que Lauren, pues eso le había dicho.
Su mamá volteó la mirada a donde ella, pero no lograba ver nada.

-Y ¿esta aquí tu amigo? -pregunto la mamá.

-Si, se llama Michael. Es muy divertido. -dijo sin dejar de mirarlo y Michael nunca apartó su vista de su nueva amiga. El pensaba que es muy bonita.

Un amigo imaginario, pues tiene cuatro años, eso debe ser bueno, ¿no? Pensó la mamá de Lauren.

Mientras ella pensaba que era completamente normal, jamás se imagino que ese amigo acompañaría siempre a Lauren.

Y ellos jamás pensaron que su amistad sería tan incondicional y que jamás tendría fin, pero todo inicio tiene un final.

One wish to hell. > m.c.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora