2. Un mundo diferente

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Al llegar a la entrada del instituto Elena y yo fuimos a la clase de ciencias una clase algo rara para las dos, pero a Elena le gustaba hacerla por motivos suyos, ella decía que podría ser una científica molona, algo que me hacia mucha gracia viniendo de ella.

Al terminar la clase nos dieron 30 minutos libres porque faltaba el profesor de sociales, se llama Rodrigo, tiene 37, se dice que es bastante amable y si un día no traías la tarea echa te lo perdonaba, además de que sus métodos de enseñanza son muy buenos.

-¿Tu sabes porque ha faltado el profesor?- Le pregunto Elena a Harumi

-Ni la mínima idea- Dije terminando la frase con un suspiro

Luego de esa conversación lleve a Elena a la siguiente clase, el tiempo pasaba muy rápido en estos días.. Terminamos la clase de Ingles y nos fuimos al patio, al salir vi a Angela o como la llamamos "Angela la insoportable" mire a Elena y ella a mi, Angela llevaba un kilo de maquillaje, pasamos de largo y me puse a reír, Elena me estaba mirando con los ojos lloroso.

-¿Le has visto?- Dije mientras reía

-No puedo con mi vida, se ve terrible- Me respondió partiéndose de risa

Angela y sus amigas, Camila y Rubí se giraron hacia nosotras con asco, se notaba que nos habían escuchado, pero a Elena y a mi no nos importaba demasiado, Angela se acerco a mi y sonrió, le mire confusa porque me miraba así.

-Pero bueno si es la estúpida Harumi y su amiguita.. Como te llamabas?.. Bah no me importa saber el nombre de una perdedora- Dijo Angela mientas sonreía de oreja a oreja

Mire a Elena, estaba en blanco ella era una persona un poco mucho sensible con estos temas, no le gustaba que no la tomaran en cuenta le hacia sentir menos, insuficiente, un error, le agarre del brazo con mucho cuidado y me la lleve al colegio mientras le lanzaba varios insultos a Ángela.

-Oye, ignórala esa tía es tonta- Le dije a Elena con una sonrisa

La llevé al baño de chicas del segundo piso y le ayude a limpiarse su cara la cual tenía algunas lágrimas, pobrecita, era tan buena persona Elena, la gente le trataba mal, ¿porque? Ella es muy buena con todos, nadie la merecía.

Le dije unas cuantas cosas lindas y nos fuimos a otra clase, era la última de hoy, deseaba que terminara rápido, religión nos tocaba, si te lo digo, no creo en dios, pero ni modo teníamos que estudiar pues para eso estábamos.

Porfin había terminado la clase de Religión, era muy aburrida, salí de la clase junto a Elena y nos dirigimos para irnos, miré a mi compañera, seguía dolida por lo de antes así qué en vez de ir a su casa fuimos a una tienda cerca de lo antes mencionado.

Al entrar mi amiga me miraba confusa, supongo porque no le había dicho de que íbamos a la tienda en vez de su casa, agarré una bolsita de caramelos, los pague y se los di.

-¡Gracias! Cuanto te quiero- Respondió a mi acto Elena

Solamente le sonreí, seguimos el camino hasta su casa y la dejé ahí, después de eso obviamente tenía que ir a mi casa, si tardaba Erick no me lo perdonaría.

Llegué después de 18 minutos, saludé a Erick que estaba estudiando y subí a mi cuarto, tiré mi mochila al lado del escritorio y vi, vi el espejo del cual no dejaba de pensar.

Lo que paso la otra vez era mi imaginación, mi dedo traspasaba el espejo, era muy raro y si lo vuelvo a probar, ¿Pasaría algo? Agarré el espejo y lo toque, nada, nada ocurrió, era todo normal.

-¿Porque ahora no funciona? Al parecer si era mi imaginación- Susurré para mí

Solté el espejo y lo devolví donde estaba, fue una perdida de tiempo, total solo lo quería intentar, me tumbé en mi cama, "otro día más sin cenar" dije antes de dormirme.

Al dia siguiente

Me desperté por ahí a las seis de la mañana, no estaba para nada cansada, algo raro para mi, pero daba las gracias porque tenía qué estar bien para sacar buena nota en el examen que teníamos hoy a segunda hora.

Como cada día, Elena toco la puerta, yo ya estaba duchada y ya había desayunado, aunque llevaba unas galletas y poco mas por asi acaso, nunca se sabía, las guarde en mi mochila junto unos dulces y una botella de agua.

Entramos y nos dirigimos a la clase de, Educación física, perfecto para primera hora ya que hacía un frio increíble, además así trabajaríamos mas o simplemente te dan muchos nervios en la hora del examen y sacarías mala nota, cada uno tiene su suerte.

Por eso esperó aprobar, ya que seguramente me darían una regañina mi mamá, solo por no estudiar, aunque si que lo hago, solo me cuesta mucho trabajo, y aunque no lo demuestre me preocupó por las notas.

-Cinco vueltas al campo, el primero tiene un punto mas de nota- Dijo el entrenador al ver que no hacíamos nada.

Eché a correr junto a Elena, aunque habían otros chicos que nos superaban de velocidad, pero al menos lo intentabamos, lo que dió mas gracia fue ver a Elena apunto de caerse de cara si no fuera porque le ayude, no le pueden dejar sola ni un segundo.

-Que susto de muerte, gracias tía- Me agradeció.

-No te puedo dejar sola, eres una despistada- Le dije.

Como dije, otro chico se gano un punto por llegar antes, igual no me importaba, tenía que valerme por mi misma y no por un tonto punto, aunque si que me serviría un punto mas.


Porfin, porfin había acabado la escuela, había sido un día muy cansado, me moría por llegar a casa, agarré mi mochila, miré dentro, aun seguían los dulces y el agua, no importaba ya me lo comería después.

Como siempre Elena me esperaba en la entrada, le agarré la mano y la acompañé a casa, nunca era malo caminar un poco más, además nos la pasamos bien y mas tocando puertas y gritando a la gente, se escuchá mal pero es divertido.

Finalmente llegué a mi casa, me dolían las piernas, era terrible el cansancio que tenía, al entrar mi hermano me preguntó si quería comer, pero le dije que no, (Mala opción al parecer..).

Llegué a mi cuarto tire mi mochila y deje los zapatos al lado de la cama, llevaba el uniforme de la escuela, una camisa blanca con botones, una corbata de color azul y negro,  y por último una falda gris con medias.

Me acerqué al espejo, se veía mas brillante de qué lo recordaba, era raro, lo agarré y toqué lo que parecía ser el cristal, no había, era como un abujero, me asusté, eso me paso la otra vez, pero esta era diferente, me empezé a marear, no veía bien.. de repente todo se convirtió en blanco.

Abrí mis ojos, hacía frío, mucho frío, mire a mis lados, se encontraba nieve, una blanca y hermosa nieve, pocos la podían apreciar, era algo que no muchos podían ver, y los que lo hacían, no lo veían como algo extraordinario.

Ese no era el tema, ¿donde me encontraba? Seguramente era un sueño, así que simplemente me pellizque, dolía, sentí dolor, eso significaba que no era un sueño, esto era imposible, cómo podía estar en donde a saber.

Me levanté finalmente, quite la nieve que seguía en mi ropa, iba dezcalza, pero lo primero era ver donde estaba, camine un poco y podía ver, casas, me serviría para encontrar alguna persona que me ayude, así que me dirigí ahí.

Vi a un tipo, no tenía muy buena cara, estaba bastante serio, pero no perdía mucho por hablar con él, tenía el pelo blanco y una cicatriz en la cara, por su cara se podía saber que no tenía muchos amigos.

-Oiga, disculpé, ¿sabé dónde estoy? No soy de acá- Le pregunté al chico.

-Eh? Estamos en un pueblo niña, como que no sabes dónde estas?- Le respondió confundido.

-Si le soy sincero, aparecí de repente aqui, no soy de esta época- Dijo sin rodeos

El chico se le quedó mirando raro, y ahora que se fijaba mejor, tenía una katana y su pelo un poco desarreglado, era raro, siguieron hablando y el chico le recomendó ir con el para hablar con un señor, no me importaba, ademas no tenía donde ir.

Heyyyy! Como estáis? Porfin el segundo episodio, ya tardaba no? Mis disculpaaaaas

¡𝐎𝐬 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐒𝐚𝐥𝐯𝐚𝐫...! {Os Quiero Salvar..}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora