El día de hoy el pequeño Minho había llegado al colegio demasiado temprano, ya que su padre le había dicho qué tenía que hacer un trabajo desde temprano. Al Omega no le molestaba, pero para ser honesto, no le gustaba estás solito.
Después de un rato, escuchó cómo la puerta del salón se abría y fué ahí dónde su Omega inmediatamente se levantó al sentir un aroma que le gustaba y le llamaba la atención. Y con eso, claramente sabía quién había entrado. Era su Delta.
A Minho no le gustaba ser posesivo pero su Omega así había decidido decirle, y cuando esté se decidía por algo, nadie lo hacía cambiar de opinión.
Christopher se detuvo unos segundos antes de entrar y sentarse en su respectivo lugar, sin decir ni una sola palabra.
El pequeño Lee podía sentir como su Omega meneaba su colita de un lado a otro, con una obvia alegría.
— Deberías hablarle.—habla el Omega de Minho haciendo qué esté comience a ponerse nervioso.
–N-no p-puedo.
—Claro que puedes, debes de. Tenemos que empezar a hacer nuestros movimientos si queremos tener a ese Delta con nosotros, ¿Acaso no te gusta?— su Omega, trataba de darle confianza.
–S-si...
—¿Entonces?
–Pero, no s-sé que d-decir.
—Inicia con algo normal, dale los buenos días.
Lee miró hacía dónde estaba Christopher, el cuál estaba escribiendo algo en su libreta, al parecer alguien no había hecho su tarea. El pequeño coreano estaba muy nervioso, sentía cómo sus manos empezaban a sudar y ya podía imaginarse sus mejillas coloradas, coloradas cuál tomates
El coreano limpió sus manos para después dar un suspiro. Tuvo que sacar valentía de hasta dónde no la tenía. Hasta que finalmente, decidió hablar.
–B-Buenos d-días.– esa oración se escuchó casí cómo un susurro, pero al parecer alguien lo había escuchado, por qué aquél alto chico dirigió su mirada hacía él.
Cuando ambas miradas chocaron, Minho podía sentir como su Omega se desmayaba de la emoción ante tremenda mirada. Su cuerpo comenzó a temblar, no sabía sí por nervios, por la emoción o por miedo.
Christopher regresó su mirada hacía su libreta para volver a escribir. Lee bajó su mirada sintiéndose un poco triste al no recibir respuesta alguna por parte del Delta qué tanto quería.
Unos segundos de silencio pasaron cuando una voz que no era la del Omega sonó.
–Buenos días.– sí de por sí el Omega de Minho estaba más que feliz con sólo tener su atención, ahora Christopher le había respondido, esté se sentía en el cielo
Era tanta la felicidad del pequeño Omega, que inconscientemente comenzó a desprender mucho más su aroma a cereza.
El joven Bang detuvo su acción de escribir. Desde el primer día que entró a ese salón de clases un aroma en específico le encantaba. Sabía que aquél adictivo aroma era de algún Omega, pues era algo dulce. Sin embargo, no le empalagaba en lo absoluto, al contrario, lo disfrutaba y le tranquilizaba.
El corazón del Delta comenzó a latir más rápido de lo normal.
Solo comentaré que mis dones para la cocina están mejorando 😋✌️Estoy pensando en hacer una maratón 💐 no sé
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ᎠᎬᏞͲᎪ | Banginho/Chanho
Fanfiction『ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ』 Chanho¡! ▼ -D-Digo que... m-mi aroma n-no es agradable, h-huelo horrible y-...-no pudo seguir hablando ya que el Omega había puesto su dedito en sus labios. -¿Quien dice qué no nos gusta? -B-Bueno... -¡A Minho y a mí nos encanta! ⿻ ∆D...