Capítulo 4: En el Bosque

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Al día siguiente, desperté y me preparé para ir al trabajo, al llegar saludé y evite a toda costa las noticias y cualquier cosa que me pudiera delatar. No estaba dispuesto a volver al hospital.
Todo iba en orden... hasta después de una semana que decidí ir al bosque de nuevo para comprobar mi historia.
Apenas pisé el bosque y sentí una fuerza, que no me atraía, pero sí me guiaba. No sabía hacia donde iba, solo caminaba y esperaba encontrarme con algo, cualquier cosa imprevista entre el bosque.
Después de 5 horas de caminar, a la media noche la Luna brillaba sobre mi e iluminó una lápida, más bien era una rueda de piedra en el piso con un jeroglífico.  La fuerza me decía que fuera hacia ella así que me pare sobre ella.
Inmediatamente se escucharon murmullos, la Luna se tornó roja y los árboles se pintaron con sangre.
Escuche una voz ronca pero prepotente que decía:
-Así que volviste... Ehhhh
-¿Q-q-q-quién es usted? - Tartamudeé
-Eso no es lo que importa... es lo que vas a hacer.
-¿A qué se refiere?
-Verás. Hace exactamente 174 años un pobre lacayo de un viejo enemigo me mató bajo esta misma Luna, la Luna Sangrienta. En ese entonces la leyenda decía que aquel que muriera esa misma noche exactamente a las doce, se le serían concedidos poderes inmensos, pero también desataría una maldición sobre el mismo espíritu. Por supuesto yo no creía en esas patrañas, pero simplemente sucedió y la profecía se cumplió. Ese mismo día yo mismo me alejé de mi propio cuerpo y lo sepulté bajo esta lápida, desde ese entonces estoy condenado a derramar la sangre de miles de personas cada año bajo estos mismos árboles formando mi propio reino para poder vivir a cambio de gran poder y seguir existiendo. Pero tú... aún tienes que hacer una tarea más antes de alimentarme. Necesito un cuerpo, uno que me permita crear más seres como yo, no sólo personas transformadas por mi. Si cumples todo esto, tal vez considere dejarte con vida, incluso podrías cargar con el peso de la inmortalidad y liberarte de esta maldición. Podrías reinar a mi lado y volver a la realidad.
-¿Cómo sé que esto es real?
-No lo sabes, solo sabes que el miedo se apodera de ti, pero igual sabes que el miedo es letal y de cualquier forma seguirás mis ordenes. Mañana repetiré el ciclo, la Luna Sangrienta se repetirá, y quiero 3 personas que sean dignas de la inmortalidad y gran poder pero que también merezcan una gran maldición. Guíalos a mi, tu sabrás como llegar.
- D-d-d-de acuerdo.

En ese instante corrí, llegué a mi casa y sin dudar comencé la selección de personas:
1. Patricia Owens, lo merece por su capacidad de manejar situaciones, pero la maldición es por su avaricia.
2. John Brown, lo merece por su honestidad, pero la maldición es por sus crímenes incubiertos.
3. Jacqueline Andrews, lo merece por su trabajo duro, pero la maldición es por su desobediencia.

Yo sabía que no era nadie para juzgarlos pero el espíritu me controlaba a lo lejos.
Al día siguiente les propuse ir al bosque a acampar el fin de semana y todos ellos accedieron.
En la tarde me encontraba con ellos en el bosque y yo lo iba guiando hacia su desamparado destino...

En mi Mente MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora