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Mafumafu entró a su casa siendo acompañado por Soraru, su primer día de clases después del accidente había sido un desastre.
Urata se levantó rápidamente al ver a Mafumafu entrando, tomó su mano con fuerza, estaba tan aliviado de que estuviera bien.
ㅡ¡No vuelvas a ir al baño solo! O sea, fue mi culpa por dejarte ir... ¡Pero no lo hagas de nuevo! ㅡexclamó con enojo hacia el peliblanco que solo sonreía divertidoㅡ. Por Dios, tu cabello está todo húmedo ㅡle dijo tocando las puntas de esteㅡ. Vamos, te ayudaré a ponerte algo más cómodo y descansas.
Mafumafu suspiró cansado, ya habían pasado casi dos meses desde que Urata lo cuidaba y lo ayudaba a vestirse, y aún así no estaba acostumbrado a que alguien viera su cuerpo, se sentía extraño, pero no le quedaba de otra, un día tendrá que acostumbrarse o aprender a vestirse decentemente con su brazo roto, lo cual no era sencillo.
Ambos menores subieron con cuidado hasta el segundo piso, encerrándose en la habitación de Mafumafu, dejando a Soraru y Sakata en la sala principal.
ㅡ¿En dónde estaban? Urata estaba terriblemente ansioso y asustado ㅡsusurró Sakata al azabache que tomó asiento a su lado en el sofá.
ㅡEl pobre estaba encerrado sin saber en donde ㅡexplicó también en un susurroㅡ Pero ya está más tranquilo.
ㅡJodida mierda, ¿tienen alguna idea de quien fue? ㅡpreguntó el más bajo, obteniendo una negación por parte del mayor.
Estuvieron en silencio unos segundos, hasta que Soraru se percató de que Sakata tenía su ropa desarreglada y algunos botones estaban sueltos. Lo miró con sospecha y con una sonrisa divertida que puso nervioso al castaño.
ㅡ¿Por qué me miras así?
ㅡ¿Qué estuviste haciendo con Urata que te ves tan indecente? ㅡle dijo a su mejor amigo mientras subía y bajaba sus cejas de manera sugerente.
ㅡRayos ㅡsusurró Sakata, arreglando su camisa. Suspiróㅡ. Luego de recibir tu mensaje decidimos que sería buena idea esperarlos aquí ya que él tiene acceso a esta casa. Entonces se puso demasiado nervioso y ansioso por Mafumafu, empezó a culparse y hablaba mucho. Soraru, ya estaba cansado, ese niño habla más cuando está preocupado que cuando está feliz ㅡambos chicos empezaron a reír suavementeㅡ. Y no sé qué pasó, pero terminé besándolo.
ㅡQué mala excusa para besarlo ㅡrió Soraru, dando una ojeada a las escaleras para cerciorarse de que no estuvieran escuchándolosㅡ. Pero tu ropa no denota un simple beso.
ㅡ¡Lo sé! Pensé que se pondría nervioso, pero en cambio, se subió en mis piernas y empezó a besarme como locoㅡexplicó, sintiendo el sonrojo en sus mejillas con solo recordar ese momento. Soraru solo reía ante las palabras de su mejor amigo que ahora parecía más nerviosoㅡEse chico se ve muy tranquilo, pero te aseguro que no lo es.
