Mafumafu despertó gracias al molesto sonido de su alarma, estiró sus extremidades con cansancio, sintiéndose más relajado. Tocó el espacio vacío a su lado en la cama, frunciendo el ceño antes de dirigirse al baño de su habitación, lavó su cara, cepilló sus dientes y con cuidado salió. El olor a café llenó sus sentidos, deduciendo que el desayuno ya estaba listo.
Puso su mano en el pasamanos de las escaleras, y antes de empezar a bajar, tropezó con algo que lo hizo caer en el primer escalón.
ㅡ¡Ah!ㅡse quejó al sentir que su pie dolía por el golpe.
ㅡ¡Mafumafu!ㅡSoraru dejó lo que estaba haciendo al escuchar el quejido.
Corrió escaleras arriba, encontrándose con el menor sobando su pie que ya había empezado a ponerse levemente rojo.
ㅡ¿Estás bien? No puede ser, un poco más y caes en la escalerasㅡlo cargó en sus brazos hasta llevarlo a la planta baja, acomodándolo en el sofáㅡTe dije que una casa de una sola planta estaba bien.
ㅡYa, mi pie estará bien, aunque me duele un poco el traseroㅡhizo una mueca de dolor, sobando la zona.
ㅡ¡Rim, ven aquí!
ㅡNo seas malo con él, fue un accidente.
ㅡLe he dicho mil veces que no deje tirados los juguetes precisamente para evitar estos accidentes.
Un pequeño niño de cuatro años llegó corriendo hacia la sala, abriendo con sorpresa sus pequeños ojos al ver a Mafumafu con el pie lastimado y a Soraru con expresión seria.
ㅡ¿Qué le pasó a papi Madu?ㅡpreguntó ladeando la cabeza hacia un lado.
ㅡ¿Por qué tus juguetes están en las escaleras? ¿No te dije que debías guardarlos después de usarlos? Te lo he dicho muchas veces, no quiero juguetes regados por toda la casaㅡregañó con voz firme, viendo como el niño ponía expresión afligida.
ㅡL-Lo sientoㅡla voz del pequeño pelinegro empezó a quebrarse por los regaños.
Mafumafu le dio un leve golpe al azabache, frunciendo el ceño, ahora había hecho llorar al niño.
ㅡRim, ven aquíㅡllamó el pelinegro a lo que el menor obedeció rápidamente, sentándose en sus piernasㅡNo llores, bebé, todo está bien, pero a la próxima tienes que guardarlos todos en su lugar, ¿entendido?ㅡle dijo con dulzura, tocando su rostro con sus dedos.
ㅡS-Síㅡlimpió sus lágrimas con el dorso de sus manitas.
ㅡBien, ya puedes irte y seguir en lo que estabasㅡle dio un beso en la frente y lo dejó ir.
El pequeño se fue rápidamente de ahí ya más tranquilo, dejando a los mayores en la sala.
ㅡNo seas tan duro con él, es un niño.
ㅡCasi caes por las escaleras, Mafumafu, ¿no te das cuenta de la gravedad del problema?
ㅡEstoy bienㅡle sonrió, sabía que estaba preocupado y lo entendíaㅡMejor dame mi beso de buenos díasㅡestiró sus brazos hacia el mayor con la intención de que lo abrazara.
Soraru sonrió automáticamente, rodeando al peliblanco con sus brazos de manera cariñosa, dándole pequeños picos en los labios que los hacían sonreír.
Definitivamente vivir juntos había sido una de las mejores decisiones de su vida.
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