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Soraru y Mafumafu habían devorado una pizza entera junto a sus papas en medio de divertidas pláticas. Mafumafu no creyó que podría tener tanto de qué hablar con Soraru, era realmente increíble lo mucho que compaginaban. Sin embargo, la sensación de que no podían ser tan amigos estaba ahí, a veces sentía que tenía que seguir siendo mejor que él, su madre quería que siempre fuera el mejor.
ㅡSi sigo comiendo voy a vomitarㅡse quejó el peliblanco.
ㅡCreo que me excedí, debí pedir menos para tu pequeño estómago.
ㅡNo es pequeño, nadie comería tanto.
ㅡYo sí.
ㅡEs que tú eres una bestiaㅡrió.
ㅡLo tomaré como un cumplidoㅡsonrió, viendo como Mafumafu hacía un pequeño pucheroㅡSi quieres podemos pedir que lo empaquen para llevar.
Mafumafu asintió.
Soraru llamó la atención del mesero que los había atendido, dándole una mirada molesta al notar de nuevo que trataba de ver a Mafumafu de manera disimulada, realmente no le caía bien.
Cuando terminó de pagar, tomó la mano de Mafumafu, entrelazando sus dedos para que el mesero se diera cuenta de que no sólo iban como amigos, aunque la realidad es que si habían ido solo como amigos. Quería demostrar cosas que no eran. Le dio una mirada molesta, y salió del establecimiento.
Mafumafu se sintió nervioso con la acción, pero no le tomó importancia significativa, de todas formas, debía ayudarlo.
El camino a casa del menor fue tranquilo, en silencio. Al llegar a la casa, Soraru estacionó su auto, sintiéndose levemente nervioso.
ㅡEstamos aquíㅡavisó Soraru, desabrochado su cinturón de seguridad.
ㅡMmm, gracias por invitarme a cenar... Yo nunca había salido con amigosㅡconfesó en voz baja, a lo largo de su vida había sido un chico solitario, pero nunca se quejó por esoㅡFue genial.
ㅡFue una cita.
ㅡNo digas eso.
ㅡEs que si lo fue, ¿tanto te cuesta aceptarlo?
ㅡEs que... Es extraño, Soraruㅡdijo, sintiéndose un poco sonrojado, las citas nunca estaban en sus planes.
ㅡBien, no es una cita entonces, no lo diré de nuevoㅡdijo un poco molesto, de cierta forma estaba dolido, quiso tener un lindo gesto con él, pero se seguía negandoㅡEspera, te ayudaré a bajar.
Mafumafu quitó su cinturón de seguridad, esperando a que Soraru lo ayudara. Había notado la molestia en sus palabras.
Al estar frente a la puerta de su casa, Soraru tocó suavemente, esperando a que Shima abriera.
ㅡTú... ¿Estás molesto?ㅡpreguntó tímido el menor.
ㅡNo, Mafuㅡrespondió cortanteㅡ¿Por qué tu hermano no abre?ㅡvolvió a tocar.
