𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐈𝐬𝐬𝐮𝐞𝐬 ⸻ [MDZS] [PRÓXIMAMENTE]

00. Prólogo; muy poco Lan.

Wangji puede decir, sin duda alguna, que goza de una vida muy cómoda. Su sangre y sus especiales características le otorgan beneficios de los que jamás se ha quejado, le han permitido permanecer vivo por más tiempo de lo normal, vivir junto a su familia de la manera más tranquila en la que su sangre le permite.

Como un extra que jamás pensó en tener, desde hace unos diecisiete años es el tutor legal —en términos humanos—, de un chiquillo de —ahora— diecinueve años, quien llegó a su morada una brillante tarde de verano. Actualmente es reconocido como su hijo —a pesar de no tener relación sanguínea—, llamado Lan Sizhui y conocido en la secta como el búho rojo, apodo que Sizhui no entiende y Wangji agradece profundamente eso.

Como ser padre nunca estuvo considerado en sus opciones, necesito ayuda de la paciencia encarnada, más conocida como Lan Xichen, su hermano mayor y salvador, amén. También recurrió al cascarrabias de su tío abuelo, Lan Qiren; y de vez en cuando —casi nunca realmente— a sus propios padres. No lo mal entiendan, Wangji adora a sus padres, pero incluso un invidente puede darse cuenta de que la joven-no-tan-joven pareja no ha sido exactamente agraciada de paciencia y parsimonia que caracteriza a los Lan desde hace siglos.

Mas, puede decir que está bastante orgulloso de la crianza de Sizhui. El niño es un prodigio, sobresaliente en todo lo que se propone. Música, deportes, matemáticas, literatura, idiomas, cultura, geografía e incluso habilidades sociales que, honestamente, Wangji envidia. Sizhui es un muchacho obediente y respetuoso, con un corazón de oro y un carisma intachable. Tal vez su único defecto es su elección de amigos, Wangji asegura que es responsabilidad de sus inconsecuentes padres y su naturaleza tan libertina.

Lan Jingyi había sido el primero y, sinceramente, Wangji no podía quejarse mucho, pertenecían al mismo clan, aunque aún podía quejarse porque de todos los Lan, Sizhui elegía como mejor amigo al que menos parecía uno. Jingyi era tan o más libertino que sus padres y a menudo arrastraba a su inocente retoño a travesuras que por poco le provocaban paros cardíacos al pobre Qiren, también era un berrinchudo de primera que carecía cualquier filtro y mandaba por el barranco las infinitas horas en las que Qiren le enseñó disciplina y etiqueta. Tampoco podía dejar de lado sus aspectos positivos, el muchacho era ágil y astuto, inteligente aunque no lo pareciese y era diligente, valiente hasta decir basta; y fue el primero en hablar con Sizhui cuando llegó a la secta.

Aunque ambos eran bebés chorreantes de baba y llantos incesante en ese entonces, pero son detalles.

Con el tiempo se unió Jin Rulan, fue el segundo y el más problemático. Sí Qiren creía que Jingyi no tenía filtro, Rulan fue capaz de destrozar las pocas esperanzas y enviarlas directo a un crucero por el tártaro sin boleto de regreso. Nacido bajo el seno de una familia perfecta, con una madre capaz de compararse con la mismísima Hera y la representación del valor en su padre, un mocoso con un complejo de superioridad del tamaño de la jodida torre Eiffel; opiniones dadas del mismísimo Jingyi. Wangji sabía que detrás y muy, muy en el fondo el chico era un niño de mamá que sólo quería deshacerse de la imponente sombra de los logros de su tío y su padre. Para Jingyi, sólo era una quinceañera con complejo de Disney, a Wangji le desgastaba discutir con los jóvenes, así que lo dejaba pasar. Era Sizhui quien debía lidiar con sus incansables discusiones. A pesar de todo, Rulan era reconocido en las diferentes sectas por su increíble destreza con el arco y su sorprendente habilidad en agua.

El último es quién les trajo de vuelta las esperanzas de que Sizhui seguía medianamente estable mentalmente hablando, Ouyang Zizhen. El tercer hijo de una secta pequeña, un joven de corazón noble y amoroso, educado, gentil y el único capaz de tranquilizar el pobre sistema nervioso de Qiren sin recurrir a mentiras. A pesar de ser de una secta pequeña, Qiren lo adoraba con su ser, decía que de ese grupo él y Sizhui eran los únicos cuerdos, nadie era capaz de reprocharle eso al observar que su barba aun lucía un poco dispareja, idea de Jingyi. El joven Zizhen era hábil en la literatura y en la música de una forma envidiable, sus modales eran finos y a pesar de ser un poco —bastante— distraído sabia hablar con cortesía.