Primer Día

18 1 0
                                    

Los nervios de Abel lo hacían actuar torpe. Mientras tomaba el vaso de leche que dejó su mamá en su tocador, había tropezado y su camisa quedó arruinada.
Antes de que su madre regresara a la habitación, corrió a su cajón y se colocó otra camisa después de haber dejado la sucia escondida debajo de su cama. Una vez que no dejó rastro de su torpeza, salió de su habitación y bajo al baño.

-Abel, cariño, ¿Dónde están tus zapatos?- preguntó su madre recargada en el marco de la puerta.
-Los he olvidado, madre.- respondió mirando el suelo- lo siento...
-Ya no eres un niño, tienes 17, no tengo que recordarte cosas como esa. Anda, sube y pontelos. Llegaremos tarde, recuerda que eres nuevo y no queremos dar una mala impresión.

Abel obedeció a su madre. Él era un chico como cualquiera, se aferraba a esa idea; cuando su madre estaba embarazada era víctima de los golpes de su padre, fue gracias a ese hombre que él llegó dos meses antes de lo planeado.
Abel es bajito y muy delgado para su edad, aunque también es bastante listo, tiene problemas que lo hacen ser completamente dependiente.
Ahora iniciaba de nuevo, en dos años había ido a 5 preparatorias diferentes y esperaba que por fin sus compañeros lo dejaran en paz.

-Abel, mucha suerte- dijo su madre una vez que llegaron- Te quiero, ¿quieres que venga por ti cuando terminen las clases?
-Y yo a ti mamá, gracias. Tomaré el autobús.
Se despidió dándole un beso en la mejilla a su madre y bajó del auto.

No tuvo problemas con encontrar su casillero, pero no pudo decir lo mismo de su mochila.

-Deberías dejar algunos libros en tu casillero.- le dijo amable una chica- Por cierto, hola. ¿cuál es tu nombre?.
La miró nervioso, la chica era linda y no parecía querer burlarse de él, así que se animó a responder- Abel.Y...y el...¿y el tuyo?
-Abel, lindo nombre. Yo soy Ana, seremos vecinos de casillero. Sé que eres nuevo,así que si necesitas ayuda, dime.

AbelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora