prólogo

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Su vida no era fácil desde que tomo la decisión de plasmar sus sentimientos en las hojas como escritos, el camino se iba tornando cada vez más difícil para un escritor (si así se le podía llamar) promedio como él.

Miles de cuadernos con sus poemas y versos reposaban en la mesa a un lado de su lámpara, la pluma en el tintero, las hojas en el suelo y él en la esquina sollozando, volvió a pasar, últimamente tenía más ataques de pánico que antes, no lo quería admitir pero ahora no encontraba la fortaleza que necesitaba en nada, desde que su madre se enteró de su secreto corto todo tipo de lazo comunicativo con él, le dolía, si, y con ese dolor escribía todas las noches para seguir subsistiendo.

- Mis lágrimas sólo son recuerdos de cuán débil fui, las cicatrices en mis brazos me persiguen a cada paso que doy y tu estás ahí viéndome hundirme, más no me ayudas a salir, la misma canción se repite en mi cabeza, mis pensamientos están corrompidos, mi cuerpo no puede levantarse, mi corazón está débil y yo solo quiero salir de aquí- se decía el mismo mientras seguía llorando- Ya no quieres verme y te entiendo, porque quien quiere hacerlo?! NADIE QUIERE, NO SIRVO EN NADA!- el estaba roto desde hace mucho tiempo ya, todo el mundo lo sabia, cada persona que leía sus escritos sabia que ese escritor anónimo estaba roto a cada paso que daba, pero había algo en el que no lo dejaba irse de ese mundo de sufrimiento y dolor en el que vivía, su interior le decía que esperase por alguien o algo que hacía falta en su interior.

Su orgullo estaba hecho trizas, pero eso es lo que menos le importaba, su dignidad estaba por lo suelos al igual que el; su habitación hecha un desastre y su estudio con libros y tinta por doquier. Sus amigos se preocupan por el, y el lo sabía y era lo que menos quería, escucho la puerta abrirse lentamente y volteó su rostro para ver de quién se trataba, ya sabía quien era y no quería que lo viera en ese estado pero ya era tarde.

- Bakugo está aquí?- hablo su amigo desde la sala del apartamento- estas en tu estudio?, se que estas ahí Katsuki así que sal de una vez- Eijiro Kirishima, ese era su nombre, era la única persona que no lo ha abandonado y agradece que no lo haya hecho- Kats sal ya, traje comida picante y se esta enfriando- el era su amigo, el único amigo que tenía y que sentía que lo entendía- esta bien, si no sales de donde estas yo mismo iré a buscarte y no quieres que haga eso bro.

Tenia que salir de esa esquina más no quería hacerlo, no quería que lo viera de esa manera otra vez, siente que le ha causado muchos problemas a su amigo hasta el momento y que en cualquier momento se puede ir de su lado como los demás, su estómago ruge por el hambre que tiene, era otra señal de que tenía que salir, y eso iba a hacer.

-Kats aquí estás, ven vamos a comer - Eijiro le extendió su mano para que se apoyara en ella, su mirada no se despegaba del suelo, sus rubíes dolían de tanto llorar, el no quería que Eijiro lo viera así nuevamente; se iba a preocupar por algo sin sentido - Kats que pasa?, mírame levanta tu mirada y cuéntame que paso, sabes que estoy aquí para ti para lo que necesites- Eijiro estaba al tanto de la situación de su amigo, sabia su secreto aún así no lo dejo tirado como los demás y su madre lo hicieron, no lo quería ver sufrir de nuevo.

-La misma mierda de siempre idiota -su vocabulario no era comparado con sus escritos, los cuales les ponía su corazón, su manera de hablar siempre fue especial, pero eso no le impedía poner todos sus sentimientos más profundos a sus versos- ella esta regresando, no quiero verla otra vez- su madre se había ido del país hace 3 años al saber de su defecto y lo había atormentado desde la lejanía, ahora vuelve y el teme que lo vuelva hacer de una manera mucho peor.

- Hey cálmate Kats, ella no te hará nada y si trata de hacerte algo te protogere como siempre- Eijiro sabia de lo que era capaz esa mujer pero protegería a su amigo a toda costa de ella- sabes que bro? Mejor vamos a comer que de enfria la comida y traje comida picante para ti.

Versos del corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora