Capítulo 1

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Chicago

Querida tendremos que vender esta propiedad, no tengo otra opción nos moveremos a la ciudad de Chicago. Aya tratare de conseguir la cita que podría salvarnos de no caer totalmente en la ruina; y tal vez tener una vida decente no te puedo prometer más es mi única y última esperanza. -Pero Robert querido esta propiedad es donde nuestra pequeña Candy creció aquí toda su niñez, y empezaba a disfrutar de su adolescencia ya ves ella disfruta mucho la naturaleza, y estar sola leyendo y cuidar de los animales ella es como un ave, no está acostumbrada donde hay mucha gente se asustará  al vivir en la ciudad. Hay dios esto me angustia pero se que ella entenderá, pues buena y noble querido hablaré con nuestra hija ¿Cuándo partiremos? - en una semana.
Muy bien iré hablar con ella, Laren Campbell era de origen escocés y fue comprometida desde pequeña con Robert White cuando ella cumplió sus 16 años anunciaron el compromiso y Robert la cortejo por 2 años hasta que se casaron, vivieron en Escocia hasta el alumbramiento de la pequeña Candy; al año tuvieron que mudarse América, a la ciudad de chicago al poco tiempo compraron una mansión a las afueras de Chicago en Lakewood, y ahora después de 15 años tendrían que dejar ese Hermoso lugar para emprender una nueva vida. Pues cuando los padres de Candy se casaron Laren ya no tenía a sus padres habían fallecido y había quedado a cargo de una tía hasta que Laren se casará, pero solo se le entregaría la dote de ella pues sus padres habían perdido toda la fortuna que alguna vez tuvieron, y por parte de Robert White su madre de él había fallecido de una rara enfermedad y su padre quedó a cargo de él pero el alcohol lo hundió en la depresión, que con el tiempo haciéndole perder la gran fortuna que poseían, Robert ya era un joven que había madurado a pronta edad; así que solo pudo salvar una pequeña parte de la fortuna, de su padre así con esa pequeña fortuna pudo salir adelante y así fue que estuvo cortejando a Laren hasta que se casaron, después de que naciera la hija de ellos decidieron ir a probar suerte en América.

Candy se encontraba atrás del jardín de la casa leyendo un libro sentada en el césped y recargada del tronco del árbol, disfrutaba hacerlo todas las tardes después de sus clases particulares. Cuando oyó a su madre, se acercó. - hija ¿necesito hablar contigo? - si madre te escucho mirándola a sus ojos . - Laren le estuvo hablando de la situación por la que estaban pasando y tendrían que dejar la Mansión: y de la nueva vida que les esperaba en la ciudad de Chicago, la rubia se puso muy triste pero entendía la situación, así que solo sabía que tenía que apoyar a sus padres. así que el resto de los días que quedaban estuvieron empacando solo sus cosas personales y su ropa pues su padre había vendido la Mansión con todo incluyendo muebles, el dia antes de partir la rubia decidió dar un último paseo por el bosque cerca del lago donde solía ir a pasear y a veces sin que nadie se diera cuenta se metía a nadar al lago, se sentó a la orilla del lago viendo sus alrededores en su mente llegó un recuerdo cuando era solo una pequeña de solo 8 años de edad, había subido a una rama de un árbol cuando de pronto sintió que la rama se quebro, pensó que se lastimaría al caer pero cuál fue su sorpresa cayó un unos brazos fuertes de el chico mas guapo y encantador y los ojos azules como el cielo y más hermosos que había mirado en toda su vida, esa fue la única vez que lo miro siempre iba al mismo lugar haber si lo volvia a mirar, pero eso nunca pasó y ahora que se iba de ahi pues ahora si que nunca más lo podría volver a ver. Empezó a llorar sentía mucha nostalgia saber que ya volvería a ese bello lugar por donde pasó toda su infancia y parte de su adolescencia, extrañaría a su mejor amigo Tom y la madre de él la señora Pony vivían cercas de la mansión, de ellos así que se limpio sus mejillas para regresar y despedirse de ellos también. Al llegar Tom le abrió la puerta y la saludo hola Candy pásale mi madre se encuentra en la cocina - Gracias Tom hola señora Pony ¿cómo está? Bien gracias hija y tú ¿cómo estás? te veo un poco triste ¿que tienes? toma asiento, te sirvo un té o prefieres chocolate. - El chocolate está muy bien gracias, vengo a despedirme de ustedes, nos mudamos a la ciudad de Chicago, mi padre ha vendido la mansión esbozo Candy. Ya veo el por que tu tristeza hija pero sabes aquí siempre tendrás una familia esperándote, cuando quieras puedes venir a pasar una temporada aquí verdad hijo. - sí madre es verdad, Candy no te olvides de nosotros siempre estaremos para ti ¿me escribirás Candy? - claro Tom ya sabes que te considero como a un hermanó, bueno me despido mañana partimos muy temprano.

Amor inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora