Akame Ga Kill! Green and Red

11- Mata a los impostores.

•-[Campo de entrenamiento]-•

-¡¡¡DO~RYAAAAAAAAAA!!!-

*¡¡¡CLANCK!!!*

Durante una mañana en la que no había mucho que hacer, Tatsumi le pidió a la azabache entrenar con él para mejorar sus capacidades.

A decir verdad la pelea era bastante pareja, solo porque Akame se contenía un poco, cosa que no se tardó en notar.

Ahora, él le estaba lanzando una ráfaga de ataques sobre el aire con un palo de entrenamiento, cosa fácilmente esquivada por ella utilizando otro. Por ello aumentaba cada vez más la velocidad intentando mantener destreza en sus movimientos.

Los palos chocaron una vez más cuando ella en una fracción de segundo frenó un golpe vertical, y extendió con rapidez su arma horizontalmente, mandándolo a volar hacia atrás.

-¡¡AH!!-

Sintió que todo su cuerpo se iba hacia atrás de golpe, por lo que en una solución rápida frenó su choque con su mano libre, arrastrándose en el campo con las piernas.

Apretó los dientes intentando recuperar el aliento por toda la energía que había utilizado anteriormente.

-Una... ¡Una vez más, Akame!- declaró entre jadeos mientras se ayudaba a estar arrodillado apenas con el palo.

Ella se recompuso en segundos, soltando un suspiro al escuchar su orden.

-¿... No deberías tomar un pequeño descanso, Tatsumi?- cuestionó sin emociones, viéndolo levantarse del suelo y limpiarse la suciedad de la cara.

-¿Por qué querría un descanso? Te lo dije, ¿No? Ven a mí como si se tratara de un combate real a vida o muerte- ordenó con seriedad mientras se reacomodaba.

Concentró y agudizó sus músculos al estar parado, preparando su siguiente movimiento...

"..."

"..."

"..."

-¡¡¡VAMOS!!!- en un movimiento sorpresivo se lanzó contra ella, blandiendo el palo de entrenamiento hacia ella.

*¡¡¡PUM!!!*

Recibiendo de pronto un fuerte puñetazo en la cara que lo interrumpió a medio trayecto.

-¡¡¿UGWAH?!!- balbuceó con los ojos en blanco al sentir el impacto en su cara.

Sin haberle dado la oportunidad de frenar, terminó estrellándose contra el piso boca abajo y hecho una bola, a la vez que rápidamente intentó recomponerse.

-¡¡¿QU... QUÉ DEMONIOS, ANIKI?!!- exclamó muy confuso y algo molesto, sentándose en el suelo y recién dándose cuenta de que fue él quien lo golpeó.

-¿No deberías ser consciente de lo que te rodea en un combate real? Después de todo, nunca se sabe desde dónde un enemigo puede atacar, ¿Verdad?- cuestionó como explicación y con las manos en su cintura.

Él tan solo bajó la cabeza y chasqueó la lengua molesto consigo mismo al recibir dicha explicación, siendo su impulsividad recién mostrada no pasada por desapercibido.

-Estás más entusiasmado de lo habitual, ¿Eh? ¿Qué pasa?- inquirió ganando una sonrisa por su repentino entusiasmo en la mañana.

El más joven lo contempló durante un momento sin dar respuesta, antes de volver a bajar la mirada.