Un desconocido

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Agatha se sobresaltó ya que no esperaba ninguna visita, se acercó a la puerta principal y abrió, cuando lo hizo vió a un hombre de unos 30 años, con la barba perfectamente cortada, ojos negros como la noche y una sonrisa con los dientes mas blancos que había visto, era de  hombros anchos, vestía una camisa negra al cuerpo que estaba arremangada y dejaba ver algunos tatuajes en sus brazos, tenía también un bolso negro en una mano y un celular en la otra:

-Buenas noches, perdón que la moleste a ésta hora, es que se me ha quedado el auto acá cerca y no tengo batería en el celular para llamar al auxilio. Será que podría usar tu cargador unos minutos?- exclamó con tanta seguridad que a Agatha no le pareció que estuviera mintiendo, así que lo dejó entrar.

Una vez adentro el desconocido se presentó:

-Disculpa, mi nombre el Lucien Durand, soy nuevo acá en la zona, me mudé a la zona oeste.- dijo eso y esbozó una sonrisa cálida.

Mientras Agatha buscaba en cargador del teléfono en su bolso le respondió:

-Un placer, yo soy Agatha Simon, vivo acá desde toda mi vida, así que Bienvenido.

Cuando encontró en cargador se lo dió y le indicó donde había un enchufe, Lucien puso a cargar su teléfono y mientras tanto se recostó en la pared del salón de estar, la iluminación tenue lo favorecía y la dueña de casa se puso nerviosa, así que le preguntó si deseaba beber algo y se dirigió a la cocina. Nerviosa llenó dos vasos de agua y le llevó uno al extraño con el que sentía cierto acercamiento, como si lo conociera de antes, pero no lo recordaba, así que decidió indagar un poco más:

-Ya conocías el pueblo no? Seguro viniste en el verano que es hermoso, porque en ésta época todo es humedad y frío.- exclamó con ganas de conocer más de esa persona tan interesante que estaba relajadamente en su casa.

-De hecho no, no conocía el lugar, pasa que heredé una casa hace unas semanas y decidí venir un tiempo hasta que decida que hacer, si venderla o quedarme con ella.

Mientras estaban charlando, se oyó el sonido de un auto estacionando enfrente de la casa, era Alexandre, quien se quedó sorprendido al entrar a su casa  y ver a un desconocido charlando con su esposa.

Una esposa normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora