La carta.

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McGonagall me quitó el sombrero y me dijo que podía sentarme junto a mis amigos, en la mesa de Gryffindor. Todos en la mesa estaban celebrando. Me senté junto a Ron y un chico castaño y de ojos cafés. Dumbledore empezó a dar un discurso pero Ron y yo no le hicimos mucho caso y empezamos a hablar en susurros.
- ¿Que tal? ¿Te está gastando la escuela?
- Sí, es bonita.
- Pues cuando conozcas a Snape no pensaras lo mismo - dijo el chico que estaba a mi izquierda -. Me presento, soy Oliver Wood, soy el capitán del equipo de Quidditch de Gryffindor.
- Oh, ¿en serio? Siempre quise formar parte de uno - le dije curiosa.
- El veintiuno va a haber unas pruebas para dar la oportunidad a quienes quieren entrar. ¿Te apuntas?
- ¡Claro, cuenta conmigo! - le dije orgullosa.
Entonces un montón de comida apareció en la mesa. Miré a Ron, que directamente empezó a llenar su plato de comida sin dejar de comer.
- No tengas vergüenza de llenar tú plato - me dijo Ron al ver que no había tomado nada de la comida. Dejó de mirarme y siguió comiendo. Miré a Oliver, que me sonrió al ver que lo miraba y dejé mirada fija en mi plato.
- Come, ¿o no tienes hambre? - me preguntó Ron.
- Sí tengo, solo estaba pensando.
Llené mi plato con comida y comí.
- Vosotros dos iguales - rio Harry.
- Ya, que glotones - agregó Hermione al ver en nuestros platos montañas de comida y nuestras bocas llenas. Ron y yo nos miramos y ahogamos nuestras risas. Después de que la comida desapareciese y aparecieran los postres, la profesora McGonagall se acercó a mí.
- Aquí tienes tu uniforme y tu horario, que disfrutes el postre.
- Gracias, profesora.
Miré mi horario y mi sonrisa desapareció.
- Ya me valía ir al mismo colegio que él como para que mi horario esté lleno de clases con Slytherin...
- ¿Que pasó? - me preguntó Ron con la boca llena.
- Me han tocado todas las clases con Slytherin y separada de Gryffindor, menos Cuidado De Criaturas Mágicas, DCAO y Adivinación... - dije triste- Oliver, ¿esto es normal?
- Mmm... No que yo sepa... Los horarios los hacen los profesores, deben de haberse puesto de acuerdo...
Dejé eso de lado y cogí un papelito que estaba encima de mi uniforme. En el estaba escrito donde estaba mi habitación y cuáles eran mis compañeros. Volví a poner cara afligida, me había tocado con chicos.

...

Entré en la habitación, mis compañeros estaban en sus respectivas camas leyendo. Seamus, Dean, Ron, Neville y Harry. Todos apartaron la vista de los libros y la fijaron en mí.
- Pobre, que mala suerte... - lamentó Ron.
- Ni que le hubieran tocado todas las clases con Slytherin... - dijo Dean.
- ¿Eres adivino o qué? - dije yo frustrada.
- La pobre es gafe, Malfoy no deja de tocarle las narices y ahora tiene que aguantar esto.
- ¡Yo no soy gafe, Ron!
- Sí, sí, lo que tu digas.
Me volví hacía la única cama que estaba vacía y me senté encima. Saqué mi varita y con un gesto aparecieron todas mis cosas bien ordenadas. Luego me levanté y apunté a mi cama. Apareció una nueva sábana y una montón de almohadas.
- ¿Qué miráis?
- ¿Sabes usar hechizos no verbales? - me preguntó Ron estupefacto.
- Eeeh... sí, ¿por qu...? ¡Llego tarde! - cogí rápido mis cosas y salí de la habitación, pero volví a entrar -. ¡Rubíiiiiii! - inmediatamente mi Fénix entró por la ventana abierta y me picó en la cabeza amistosamente. Salí de mi habitación con Rubí volando detrás de mí y fui hacía las mazmorras, me tocaba pociones. Rápidamente llegué y me senté al lado de una Ravenclaw de pelo rubio, casi blanco, con ojos grises y piel muy pálida. (Hagamos como si Luna está en el mismo curso)
- ¡Hola! ¡Soy Luna Lovegood! Supongo que tú eres Kira Snake, la nueva.
- Ee... Un gusto, Luna.
- ¡Eh! ¡Lunática! ¿Que haces con la PeloNido? ¿Ser más rara? JAJAJAJA... - se rio Draco.
- Cállate, Malfoy. Tú, para lo único que te juntas con Crabbe y Goyle, es para que te hagan de guardaespaldas, porque no sabes defenderte solo. ¿Me equivoco? - le lancé. El se calló y nosotras nos giramos.
Estuvimos durante un poco más de una hora haciendo la poción alisadora, hasta que oímos unas risas. Luna fue la primera en girarse y cuando miró hacía mí sus ojos se volvieron grandes como platos.
- Kira... No te toques el pelo...
- ¿Qué? ¿Por qué no? - sin hacerle caso toqué mi pelo por atrás y en vez de sentir mis rizos... ¡Sentí aviones de papel, un chicle, lápices y plumas! Y a la vez un líquido que ensució mi mano, la cuál miré. Era tinta... - ¡¡MI PELO!!
- ¿Que es tan importante cómo para que interrumpa la clase, señorita Snake?
- ¡Malfoy y sus perros falderos me llenaron el pelo de cosas y tinta!
- Déjeme ver - me dijo el profesor. Me levanté y me giré para que el profesor Snape lo viera.
- Nah, tampoco es para tanto.
- ¡Callate, Malfoy, te estás ganando un Flipendo!

𝓛𝓪 𝓱𝓲𝓳𝓪 𝓭𝓮 𝓥𝓸𝓵𝓭𝓮𝓶𝓸𝓻𝓽. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora